Vilma Tarazona

El inmigrante alega que fue amedrentado tras negarse a formular cargos falsos contra opositores en Venezuela. Tras recibir las amenazas, llegó a la frontera con México en busca de asilo y el 4 de octubre se presentó frente al juez en Laredo, Texas. El magistrado le otorgó un permiso especial para permanecer en EEUU, pero agentes lo devolvieron a México y le dieron un papel con una fecha falsa para presentarse en corte.

Médicos aseguran que la recuperación del paciente no será fácil porque puede tener complicaciones respiratorias y el cuerpo puede rechazar los órganos transplantados.

Devin Langford, de 13 años, describió el momento en el que hombres armados dispararon contra la camioneta en la que viajaba junto a varios miembros de su familia. Entre ellos se encontraban su madre y sus dos hermanos, quienes fueron parte de las nueve víctimas mortales el ataque.

Entre sollozos, incredulidad y espanto, la familia LeBarón se enviaba mensajes comunicando a quiénes de los suyos habían asesinado.

En video quedó grabado el momento en el que agentes detienen al padre de familia delante de sus hijos cuando los llevaba a la escuela. El hijo le avisó a su madre que debía ir por ellos o sino los iban a trasladar a un hogar sustituto. Activistas recuerdan que los oficiales deben tener una orden de cateo firmada por un juez de inmigración para poder arrestar a un inmigrante en su casa o auto.

Julián LeBarón asegura que llegó a la escena del crimen en la frontera entre Sonora y Chihuahua antes que las autoridades, y que al hacerlo descubrió que en una camioneta baleada estaba ilesa la pequeña Faith que permaneció sola, entre cadáveres, unas ocho horas, en su sillita para bebés aparentemente protegida por su mamá antes de morir.