Casi 12,000 personas han firmado una petición en Internet para que se detenga la ejecución de Ramiro Gonzales, programada para el próximo 13 de julio. El hispano fue condenado por asesinar a una joven y enterrar sus restos en el 2001. Su defensa alega que tuvo una infancia llena de traumas por los abusos sexuales, el abandono y la pobreza.

Ramiro Gonzales solicitó estar en presencia de su pastor al momento de su ejecución. Aunque los funcionarios de la prisión en Texas se negaron, un juez federal falló a favor del preso que está condenado por matar a una joven de 18 años.

La primera de la tanda de ejecuciones está programada para el 25 de agosto, y luego habrá una aproximadamente cada cuatro semanas, hasta 2024. Durante seis años en Oklahoma estuvo vigente una moratoria a las ejecuciones tras la polémica por uno de los fármacos de la inyección letal, pero el año pasado la Corte Suprema falló a favor del estado, permitiendo reanudar la pena capital.

La inyección letal iba a ser recibida dentro de dos semanas, pero Ramiro Gonzales solicitó al gobernador Abbott retrasar la ejecución hasta dentro de 30 días para intentar donar un riñón.

Si el proceso no se detiene, Ramiro Gonzales recibirá la inyección letal el 13 de julio. Sus defensores aseguran que tras 15 años en el pabellón de la muerte se ha transformado y desea ayudar con un trasplante. Gonzales recibió la pena de muerte por el asesinato de una mujer en 2001.

"Le pido al señor que tenga misericordia de todos nosotros", fueron las últimas palabras de Frank Atwood, quien estuvo casi 35 años preso por matar a Vicki Lynne Hoskinson, de 8 años. Los restos de la menor fueron encontrados en un área desértica meses después de haber sido secuestrada.