El que hasta hace unos días era un niño activo y lleno de energía, hoy parece estar todo el tiempo cansado, le cuesta despertarse y vive “aplastado”. El cansancio en los adolescentes es algo bastante común y está directamente relacionado con los hábitos de sueño durante esta etapa de cambios.

Para nadie es una sorpresa que no todos los recién nacidos se duermen con facilidad y en el momento correcto. En realidad, el hábito de dormir es un proceso en el cual el sistema nervioso del pequeño se va adaptando a los cambios que aparecen en su entorno una vez sale del vientre materno. Y aunque se diga con simpleza, ganar la batalla resulta harto complicado. Por eso hoy en EntrePadres te brindaremos algunas estrategias para hacer dormir a un bebé que serán muy útiles en estos primeros meses de vida infantil.

Cuando los niños están en edad escolar sus hábitos de sueño son diferentes a los de etapas anteriores. Lo que puede ser apropiado en los preescolares ya no lo es más en los chicos mayores. Conocer esa rutina es esencial para el buen desarrollo de tu hijo. Veamos cómo son los hábitos de sueño en niños de 5 a 11 años.

Como todos sabemos, es muy importante que los niños duerman adecuadamente. Estudios han confirmado que la falta de sueño afecta considerablemente el crecimiento y desarrollo infantil, provocando cambios temperamentales, problemas de comportamiento y fallas en el aprendizaje, entre otras consecuencias. He aquí algunos consejos para fomentar buenos hábitos de sueño en los hijos.

La cantidad de horas de sueño que un niño en edad preescolar necesita por noche, entre 10 y 12 horas, es fundamental para su rendimiento escolar. Una sola hora de déficit de sueño impacta negativamente en sus capacidades cognitivas y de conducta, lo cual lo afectará al momento de ingresar a la escuela de nivel primario. Veamos cuáles son algunos de los aspectos que nos explican cómo el sueño afecta el rendimiento escolar.

Los bebés prematuros son aquellos que nacen antes de tiempo, es decir, antes de completarse los nueve meses de gestación. Por eso es que son tan pequeñitos, sensibles y delicados. Debemos estar muy atentos al desarrollo de nuestro bebé prematuro que, por su condición, se encuentra más vulnerable a problemas de salud.