Hay varios lugares en el mundo que son hermosos pero están en peligro actualmente. El cambio climático y la actividad humana están modificando paisajes fundamentales para el planeta. Por suerte, a pesar de todo esto, ahora tenemos una buena noticia. El arrecife de Belice ya no se encuentra en la lista de lugares protegidos por las Naciones Unidas.

Cuando llega el invierno, dependiendo las latitudes, nos ponemos un montón de ropa abrigada, prendemos la estufa y tomamos chocolate caliente. Todo esto no funciona demasiado en el lugar más frío de la Tierra, encontrado por los científicos. Si estás pensando en lo mal que pasas a la hora de dejar tu casa en días fríos, mejor piensa dos veces. Este sitio tiene una temperatura, de acuerdo a las mediciones satelitales, de 98 grados bajo cero.

El Congreso de EEUU aprobó un presupuesto para llevar a cabo una iniciativa que consiste en separar el dióxido de carbono de los gases invernaderos dentro de las plantas industriales, una vez capturado sería transportado en tuberías subterráneas hacia lugares preparados para su almacenamiento; posteriormente sería inyectado dentro de formaciones rocosas a varias millas de profundidad.

Los estudios científicos han demostrado que el cambio climático es una realidad seria y que la contaminación que generamos podría estar poniendo en peligro a nuestro planeta. El control en las emisiones de carbono puede mejorar la situación, pero hay muchas personas que no quieren un cambio porque no les es beneficioso, sobre todo aquellos que controlan las fuentes de energía. Pero también hay un grupo de personas que simplemente creen que es una mentira de los científicos. Se suele hablar de ellos como conspiracionistas, y estas son sus teorías.

Un nuevo estudio determinó que el asteroide Chicxulub que cayó hace 65 millones de años no solamente exterminó a los dinosaurios sino que tuvo un impacto enorme en el clima. Durante los primeros 100 mil años luego del suceso, el clima se volvió más cálido.

Aún hay personas que niegan el cambio climático y muchos de los que lo aceptan todavía no logran dimensionar sus efectos sobre las personas. Lo ven como algo lejano, pero lo cierto es que el calentamiento global pronto podría darnos donde realmente duele: nuestras comidas preferidas.