Un nuevo desacuerdo entre el siempre rebelde estado de Texas y el gobierno federal los ha puesto en los extremos de un debate. Ahora el tema es el voto latino. Mientras el gobierno de Washington DC afirma que su impacto en las elecciones de 2016 fue insignificante, en el estado de la estrella solitaria aseguran lo contrario.
El verdadero impacto del voto hispano enfrenta a Texas con Washington DC
Tras conocerse las cifras finales del Censo sobre las elecciones del 2016, Washington DC afirma que el voto latino fue insignificante; Texas, lo contrario


Este mes la Oficina del Censo publicó los resultados de su encuesta electoral 2016, donde detallaron que el número de votantes hispanos en Texas en las elecciones de noviembre aumentó sólo un 2.5%. Es decir apenas un incremento de 48.000 latinos en las urnas.
Esto a pesar que líderes en la comunidad anticiparon un aumento significativo del voto latino como respuesta a la retórica anti inmigrante de Donald Trump y la activa movilización que intentaron ahcer organizaciones comunitarias que promueven la participación política.
Las cifras del censo no sólo debilitaron la imagen de los votantes hispanos a nivel local, sino también nacional. Según el reporte los latinos fueron el grupo demográfico más apático en la elección pasada.
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Pero los números locales de Texas pintan un panorama completamente distinto. Según un informe elaborado por Texas Legislative Council (TLC), los hispanos elevaron su participación electoral en un 29% entre 2012 y 2016.
TLC es la organización de investigación independiente del gobierno tejano. En su reporte mostró que en la última elección presidencial participaron más de 1.7 millones de personas con apellido hispano, en comparación con 2012, cuando la cifra llegó a 1.3 millones.
Impacto
Todo el engranaje político que se desarrolla para las elecciones legislativas y presidenciales -2018 y 2020 respectivamente-, se basa en proyecciones de participación electoral, el desempeño de ambos partidos en elecciones pasadas, candidatos disponibles y tendencias en la opinión pública.
En elecciones recientes, tanto demócratas como republicanos no han considerado a Texas un estado competitivo. Los republicanos ven al estado como terreno seguro. El presidente Jimmy Carter fue le último demócrata en llevarse sus 38 votos electorales en 1976.
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Los demócratas por su parte creen que no existe suficiente capacidad para dar vuelta al estado. En la última elección Donald Trump ganó Texas con 52.2% de los votos, mientras Hillary Clinton obtuvo 43%. Ciertamente las cifras del censo no ayudan a la imagen de Texas como un estado competitivo, pero líderes locales como Carlos Duarte -director de Texas para Mi Familia Vota- creen que eso no incidirá en los próximos ciclos electorales.
“Varios académicos cuestionaron la validez de los números del censo. Estoy convencido que los partidos políticos no se van a basar en esa información para determinar sus campañas”, dijo a Univision Noticias.
“Las mejores fuentes de información están en las listas de votantes, por ejemplo en el condado de Harris vimos cómo el voto hispano hizo totalmente la diferencia. La gente se motiva para votar cuando los asuntos los afectan directamente”, agregó.
Incentivo futuro
Este mes el gobernador republicano de Texas Greg Abbott promulgó la ley anti inmigrante SB4 que prohíbe las denominadas ciudades santuario y autoriza a policías locales a preguntar sobre el estatus migratorio a toda persona que haya sido detenida por cualquier motivo. La legislación ha levantado polémica local y nacional, además de un llamado general para los hispanos en las urnas.
“El gobernador Abbott no sólo ha criminalizado a los latinos firmando SB4: ahora ha añadido insulto a la agresión. Después de firmar, Abbott dijo absurdamente que el objetivo de la ley -los latinos- no deberían tener miedo. Hemos visto cómo las legislaturas estatales controladas por los republicanos prepararon legislaciones racistas en contra de los latinos en Arizona y Kansas”, aseguró Cristóbal Alex, presidente de Latino Victory Fund.
Según el estratega demócrata Germán Trejo, fundador de la consultora política Battleground Solutions, será precisamente SB4 la que movilizará en gran medida el voto latino de Texas en las próximas elecciones.
“Los hispanos son un bloque de votantes indispensable en el estado y ellos se dan cuenta de quién está detrás de esta iniciativa”, señaló Trejo.
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“El potencial del voto latino no se ve sólo en la participación de la última elección, pero en el alza en los registros y peticiones de ciudadanía. Ciertamente en las próximas elecciones veremos un aumento de votantes y candidatos hispanos, además de apoyo para candidatos con una agenda latina”, detalló.
Según Duarte, aunque Texas no es un estado competitivo y probablemente no lo será en un corto plazo, hay elecciones locales que pueden tener un impacto federal al cambiar la balanza de poder en el Congreso. Como por ejemplo, el distrito 23, que siempre cambia de manos.
Por ahora a más de un año de las elecciones legislativas, los esfuerzos locales están concentrados en registrar votantes. En 2016 el estado tenía más de 15 millones de electores registrados de un total de más de 19 millones en edad de votar.



























