Una madre de la caravana se reencuentra con su hija de 5 años que se extravió en su huida de la Guardia Nacional

Una madre hondureña que llegó a México en la caravana migrante perdió a su hija de 5 años, Andrea Vallesillo, en medio de la confusión que se generó el lunes cuando un grupo intentó cruzar el río Suchiate y se encontró con una pared de guardias nacionales que los frenó con equipos antimotines y gases lacrimógenos.

Minutos antes, el grupo —dividido una parte hacia el puente Robles y otra hacia el río— leyó una carta en la que le pedían a las autoridades mexicanas que les permitieran continuar su camino hacia el norte, a Estados Unidos.

Esa tarde, las aguas del Suchiate tenían poco caudal y la madre, Saury Ortega, tomó a sus cuatro hijos, con los que emprendió el viaje desde San Pedro Sula, para avanzar por el río. La Guardia Nacional los replegó en un intento por devolverlos a la orilla contraria. Los migrantes intentaron burlarlos y de pronto la escena se convirtió en una batalla de gases y piedras.

Ortega intentó esquivarles por un lado y con sus hijos comenzaron a caminar por una carretera con un grupo de unos 100 migrantes más. "Estaba tan caliente, yo estaba harta del calor", contó Ortega a la radio pública NPR. "Entonces un hombre se ofreció a cargar a mi hija", agregó, y ella aceptó la ayuda. Así avanzaron por casi cuatro millas.

"Luego me volteé y estaban todos esos policías avanzando hacia nosotros. Cuando volví a mirar, agentes (de migración mexicana) habían agarrado a mis otros tres hijos. Yo le gritaba al hombre que me ayudaba (cargando a la niña) que se frenara", dijo, pero de inmediato un agente la tomó a ella por un brazo.

"Yo grité: 'Por favor, déjenme ir, mi hija está allá'. Ella estaba allá, tan cerca. Pero el agente no me dejó ir", recuerda.

Así, el hombre que llevaba a Andrea desapareció en el bosque con el grupo de migrantes que huía en estampida. La madre cree que escapó por temor a ser detenido, no porque quería llevarse a su niña a la fuerza.

Decenas de migrantes fueron montados en autobuses que los llevaron a la estación migratoria, incluida Ortega, que seguía gritando que le permitieran buscar a la niña. La inconsolable madre y sus tres hijos fueron llevados a la oficina del fiscal.

"Yo solo necesitaba alguien que me ayudara a encontrar a mi hija y las autoridades no me estaban ayudando (...) No quería que mi hija fuera una estadística más de niños desaparecidos. Sentía que me moría", le dijo a la radio.

Finalmente, el martes la madre y su hija se reencontraron. En las imágenes se ve a la mujer dar un abrazo largo y besar a su hija.

Andrea no fue la única niña desaparecida en el enfrentamiento con la Guardia Nacional. Otro niño, Franklin Flores Cerrato también se perdió y su madre sigue buscándolo.

Aunque el gobierno mexicano ha insistido en que solo aceptarán a migrantes que intenten ingresar de forma regular y ordenada, en el campamento que se improvisó a orillas del río Suchiate aún hay quienes aseguran que no se rendirán y planean cruzar de nuevo en cualquier momento.

A modo de precaución, el Instituto Nacional de Migración dijo este miércoles en un comunicado que mantendrá inspecciones diurnas y nocturnas en la zona para evitar que grupos de migrantes ingresen por puntos no autorizados. Aseguraron que han "rescatado" a unos 2,000 cuyos casos serán evaluados para decidir si deben ser deportados a sus países como los más de 200 que ya fueron regresados en vuelos a Honduras este martes.