"No podemos arriesgar a nuestros hijos", dice una migrante de la caravana que decidió volver a Honduras

114 hondureños abordaron voluntariamente un autobús desde la fronteriza Tecún Umán de regreso a su país. Y durante el martes, más de 200 habían sido devueltos en los primeros dos vuelos que salían cargados de migrantes de regreso a San Pedro Sula. México sigue insistiendo en que mantendrá inspecciones en su frontera para evitar que más migrantes se cuelen.

Video Integrantes de la caravana migrante insisten en tocar suelo mexicano a como dé lugar

A los más de 200 hondureños deportados, la noche del martes se sumó otro grupo que se marchó en autobús. Eran 114 migrantes que salieron de la fronteriza ciudad guatemalteca de Tecún Umán, donde se mantuvieron esperando su momento para ingresar a México cuando las autoridades se lo permitieran. Pero el tiempo se les acabó.

"Está muy peligroso, nos van a matar, no podemos arriesgar a nuestros hijos", dijo a la agencia AFP Brenda, que iba con su hija de cuatro años en brazos.

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Mientras ella y otros hondureños se montaban en el bus, otro grupo los abucheaba por haber desistido de su idea de llegar al norte. Las autoridades guatemaltecas estiman que hay unos 1,200 miembros más de la caravana que están dispersos en albergues improvisados por Tecún Umán.

"Uno viene con la esperanza de hallar algo mejor, pero lo que puede recibir uno es una buena pedrada en la cabeza e incluso perder la vida", declaró a la agencia el salvadoreño Hugo Castillo, de 23 años, que buscaba información en el área sobre cómo devolverse a su país.


El martes, el canciller de México, Marcelo Ebrard, dijo que casi mil personas habían tomado la misma decisión de volver voluntariamente a sus países y que en los próximos días serían deportados. Sin embargo, para algunas organizaciones la ausencia de la Comisión Nacional de Refugiados en la atención de estos migrantes solo demuestra que están siendo devueltos en la misma frontera y que no están recibiendo toda la información que necesitan para decidir si quieren quedarse en México y pedir asilo o acceder a programas de ayuda que les permitan trabajar en ese territorio.

Mientras tanto, entre los que se mantienen a la espera sigue la tensión que comenzó el lunes cuando un grupo intentó cruzar el río Suchiate y fue repelido por la Guardia Nacional mexicana con bombas lacrimógenas y otros fueron interceptados y detenidos.

"Aquí vamos a permanecer esperando una oportunidad", dijo a la agencia Esther, una hondureña que viajó buscando un mejor salario que el que recibe en San Pedro Sula, que no le alcanza. "Nuestros hijos tienen que comer", aseguró desde el campamento que se mantiene instalado a orillas del Suchiate. Como ella, Jorge Amador, de 38 años, dijo a AFP que se queda e intentará cruzar nuevamente en culquier momento: "Regresar a Honduras solo muerto".

Video Decenas de migrantes intentan ingresar a la fuerza a México y son detenidos por la Guardia Nacional

Inspecciones día y noche

El Instituto Nacional de Migración (INM) señaló en un comunicado este miércoles que no cesarán las inspecciones terrestres en la zona y el uso de tecnología con visión nocturna para "rescatar" a quienes intenten ingresar a México por "caminos irregulares, sinuosos o peligrosos".

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Hasta el momento, informaron que en un solo día detuvieron a más de 2,000 personas, entre adultos y niños que intentaron ingresar irregularmente por la zona fronteriza de Tabasco y Chiapas.

Un agente de la Guardia Nacional vigila la frontera con Guatemala en enero de 2021.
Un agente de la Guardia Nacional vigila la frontera con Guatemala en enero de 2021.
Imagen Marco Ugarte/AP

"Derivado de las tareas de inspección migratoria en áreas urbanas y rurales, se rescató a alrededor de 1,300 personas migrantes en Tabasco y cerca de 800 en Chiapas", se lee. Fueron trasladadas a las estaciones migratorias de la zona y aseguran que, tal como ocurrió con los más de 200 que fueron deportados el martes, se revisará la situación migratoria y se evaluará su regreso al país de origen.

Tal como aseguró Ebrard el martes, el comunicado insiste en que la migración que recibirá el país es aquella que llegue de forma "segura, ordenada y regular".

Con estas maniobras, el gobierno mexicano pone en práctica parte de la política migratoria que acordó con Estados Unidos bajo amenaza de un cierre de la frontera común entre ambos países: intenta disuadir a los centroamericanos de ingresar a su territorio y, al detenerlos, los alienta a volver a Honduras —o a su lugar de origen— o a adherirse a los programas de ayuda que promueve el gobierno.

Y Estados Unidos celebra la estrategia de México. El comisionado en funciones de la Patrulla Fronteriza, Mark Morgan, catalogó a su vecino como un "verdadero aliado en la atención de esta crisis regional". Dijo además que se mostraba confiado en que continuarán "frenando, negando el paso y bloqueando a la caravana".


Lo mismo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien aseguró desde Costa Rica que el avance en política migratoria con México ha sido "real" y que ahora "las cosas están correctas".

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