La Fiscalía de Los Ángeles, California, anunció este viernes que interpuso 22 cargos contra el dueño de una funeraria donde inspectores descubrieron once cadáveres en estado de descomposición, incluyendo los de niños pequeños.
Había 11 cadáveres putrefactos de niños y adultos en una funeraria: el dueño enfrenta 11 años de cárcel
“Los dejó pudrirse”, afirmó el fiscal de Los Ángeles Mike Feuer en una conferencia en la que anunció el caso contra el propietario de la funeraria que operó durante 20 años en el Valle de San Fernando.

Tras recibir quejas de familiares de los fallecidos, policías y funcionarios de la Oficina de Cementerios y Funerales de California y del Servicio del Médico Forense del condado encontraron dichos cuerpos “en diversas etapas de descomposición y momificación” durante dos inspecciones en 2021, según la Fiscalía.
“Estamos luchando para obtener justicia para estas familias en esta situación increíblemente triste e impactante”, dijo el fiscal Mike Feuer en una conferencia de prensa. “Sus muertes son una tragedia, y este presunto maltrato monstruoso es una segunda tragedia”, agregó.
“Once personas murieron, incluidos niños pequeños, y el director de la funeraria contratado para preparar compasivamente los cuerpos para el entierro supuestamente los dejó pudrirse, sin la decencia ni la dignidad que merecen todos nuestros seres queridos”, expresó el funcionario.

La funeraria en cuestión es Mark B. Allen Mortuary and Cremations Services, que operaba en el Valle de San Fernando, en el norte de Los Ángeles. La morgue ahora está cerrada. A un costado se encuentra un restaurante de cocina mediterránea.
Su dueño, Mark B. Allen, enfrenta 22 cargos menores, dos por cada cadáver putrefacto que estaba en su negocio, en presunta violación del Código de Salud y Seguridad de California.
Dicha norma establece que “toda persona que deposite o elimine restos humanos en cualquier lugar, excepto en un cementerio, es culpable de un delito menor”.
Si Allen es encontrado culpable enfrentaría una pena máxima de 11 años de cárcel y una multa de 110,000 dólares.
Feuer contó que cuando los funcionarios acudieron a la funeraria “el olor dentro del lugar era tan fuerte” que incluso lo percibieron desde afuera. “¿Cómo se sentirían si fueran sus seres queridos?”, preguntó el fiscal municipal.
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No fue posible localizar a Allen para incluir sus comentarios en este artículo. El portal de internet de su negocio fue cancelado. En sus últimas publicaciones en su página de Facebook hechas en 2016 ofrecía cremaciones por 629 dólares y servicios funerarios (incluyendo ataúd y flores) por 3,699 dólares.
Allí se describía como una casa funeraria que “está fundada en el principio de que el honor, la dignidad y la reverencia deben brindarse a todas las familias en su momento de necesidad y a un costo asequible.
La página afirmaba que llevaban más de 20 años “sirviendo a familias de todas las tradiciones”.
“Como empresa familiar, creemos que la familia realmente es lo primero. Nos encargamos de todas sus necesidades de servicio, aliviando el estrés y las preocupaciones adicionales”, indica el portal.
Allen ha sido miembro electo de la junta del Consejo Vecinal del área de Sun Valley (uno de varios comités de residentes que son parte del cuerpo de gestión social del Ayuntamiento de Los Ángeles), la Legión Americana y de una organización de derechos civiles.

























