La vivienda pública: el nuevo enemigo de Trump para el presupuesto de 2019

Las posibilidades de que el Congreso apruebe el presupuesto 2019 de la administración Trump son limitadas. El Congreso nunca tocó el presupuesto de 2018 que destruyó la Agencia de Protección Ambiental y hundió el Fondo Nacional para las Artes. Ese presupuesto habría recortado los fondos para el transporte en 2,400 millones de dólares y reducido los programas de ayuda a la vivienda en 6 mil millones de dólares. Pero eso, nunca sucedió.
No hay ansias de austeridad entre los republicanos en estos momentos. La semana pasada, los legisladores aprobaron un acuerdo presupuestario de dos años que aumentó los límites de gastos de la administración Obama. Ese proyecto de ley incrementó el gasto en 300,000 millones de dólares. Es poco probable que este proyecto satisfaga los deseos del presidente para aumentar los gastos en la defensa y la frontera.
Aun así, si fuera aprobado, esto representaría una dificultad inimaginable para las familias vulnerables, ya que el proyecto es todavía más estricto que la última propuesta presupuestaria, e incluye grandes recortes a la vivienda pública. Aunque es poco probable que ocurran esos recortes, llegará el día —quizás para las elecciones legislativas de noviembre— en que el Partido Republicano redescubra su supuesta dedicación a los presupuestos equilibrados. Por lo tanto, vale la pena examinar este documento como un presagio de lo que podría venir después.
La propuesta para el año fiscal 2019 publicada por la Casa Blanca aniquila el fondo de capital de vivienda pública. Este programa de 1,900 millones de dólares proporciona dinero para la modernización y rehabilitación de viviendas públicas en todo el país. La última propuesta de la administración Trump exigía reducir este programa en un 66%, pero este nuevo presupuesto simplemente lo elimina.
Por su parte, el presupuesto 2018 de la Cámara, propuso recortar el fondo de capital de vivienda pública en un 3%. La propuesta del Senado aumentó su presupuesto en 45 millones de dólares, equivalente al 2%.
La Casa Blanca también pide recortar para 2019 un programa asociado a este, el fondo de operaciones de vivienda pública, en un 37%: de 4,500 millones de dólares a 2,800 millones de dólares. Ese recorte es casi tres veces mayor que lo propuesto por la administración Trump para 2018. La administración parece tener a las viviendas públicas en su punto de mira.
A principios de este mes, un proyecto de ley de reforma del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos (HUD) reveló que la administración está evaluando los requisitos laborales para los residentes de viviendas públicas, así como los aumentos de alquileres para los beneficiarios de subsidios habitacionales.
Esos recortes serían especialmente duros en Nueva York, donde la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, por sus siglas en inglés) recibe alrededor desde el gobierno federal unos 2,000 millones de dólares de su presupuesto de 3,200 millones. Las reducciones en el fondo operativo de vivienda pública podrían costarle a la NYCHA unos 466 millones de dólares, mientras que la eliminación del fondo de capital de vivienda pública significaría otros 346 millones de dólares menos para el presupuesto de la agencia, según Community Preservation Corporation.
El presupuesto de 2019 incluye un aumento para la Demonstración de Renta Asistida (RAD), el programa favorito de la administración Trump en el HUD. Este popular programa convierte las viviendas públicas en viviendas de alquiler privadas financiadas con vales; desde 2012, más de 60,000 unidades de vivienda pública se han convertido a través de la RAD. Levantar el límite de unidades en esta iniciativa y darle 100 millones de dólares en apoyo federal, como propone la administración Trump, podría lograr apoyo bipartidista. Pero las conversiones más fáciles o libres de costo ya han sucedido, según expertos en vivienda, lo que significa que los fondos futuros pueden no arrojar los mismos resultados. En cualquier caso, un impulso menor a un programa no puede compensar la eliminación del apoyo a la vivienda pública.
"Le quitaron 1,900 millones de dólares y le devolvieron 100 millones", dice Peter Lawrence, director de política pública y relaciones gubernamentales de Novogradac and Company, una firma nacional de contabilidad y consultoría pública.
La propuesta de la Casa Blanca para 2019 conserva todos los recortes que introdujo el año pasado: elimina las Subvenciones Globales para Desarrollo Comunitario, las Asociaciones de Inversión HOME y el programa de Autoayuda para la Propiedad de Vivienda. Semejantes recortes drásticos han provocado pronunciamientos de la Conferencia Nacional de la Vivienda, así como del ex secretario del HUD, Julián Castro, entre otros.
"Este momento exige más inversión en viviendas asequibles, no menos", dice Jonathan Reckford, director ejecutivo de Hábitat para la Humanidad en un correo electrónico. "Instamos al Congreso a comportarse a la altura de este momento y rechazar estos recortes e invertir ahora antes de que otra generación de familias en apuros se vea obligada a elegir entre vivienda y comida".
Hasta ahora, ambas cámaras del Congreso se han resistido a los llamamientos de la administración Trump para eliminar los programas de ayuda a la vivienda. Un presupuesto aún más estricto para 2019 no tiene más probabilidades de aprobarse que el presupuesto de 2018. Pero será importante vigilar el cambio radical en cuanto a la vivienda pública una vez que los republicanos se amarguen con el gasto, lo cual probablemente ocurra cada vez que los demócratas recuperen algo de poder en el gobierno.
Este artículo fue originalmente publicado en inglés en CityLab.com