MANAGUA, Nicaragua-. La misión de parlamentarios de la Unión Europea (UE) logró ingresar a El Chipote, una de las cárceles más temidas en Nicaragua. Conversaron con el periodista Miguel Mora, uno de los 700 presos políticos del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El reo de conciencia hizo dos peticiones urgentes a los diputados europeos: luz y una biblia. Desde que fue apresado el 21 de diciembre, el director del clausurado canal 100% Noticias ha estado en una mazmorra oscura, aislado, y durmiendo en el suelo junto a alimañas.
Parlamentarios europeos tras visitar Nicaragua: “No hay socialismo sin democracia y con presos políticos”
Una delegación de diputados de Europa se reunió en Managua con Daniel Ortega y sus opositores. Condenaron al gobierno sandinista y lo exhortaron a propiciar un “diálogo creíble” o sino lo sancionarían. Al mismo tiempo, dos altos funcionarios del Departamento de Estado exigieron en persona a la pareja presidencial liberar a los presos políticos y adelantar elecciones.
“Las condiciones carcelarias no son adecuadas. Miguel Mora llevaba 35 días en una celda sin poder ver el sol. Nos pidió luz y una biblia… no es admisible”, expresó el español Ramón Jáuregui, jefe de la misión de eurodiputados que viajó durante tres días en Nicaragua para constatar in situ el avance de la crisis sociopolítica. La visita a las cárceles fue parte de la apretada agenda de los diputados europeos en Managua. Después de que su ingreso al país fue negado en dos ocasiones por el gobierno Ortega-Murillo, los parlamentarios lograron reunirse con funcionarios oficiales y opositores debido a la presión internacional.
Sin embargo, lo más llamativo de la visita de los legisladores del Viejo Continente fue su ingreso a las celdas. Por primera vez en más de seis meses de crisis, Nicaragua pudo a ver a los presos políticos. La diputada Ana Gomes grabó una serie de videos en los que las reclusas de la cárcel La Esperanza narraron los vejámenes que han vivido. Los eurodiputados tenían interés particular en una presa política: la joven Amaya Coppens de nacionalidad belga-nicaragüense. La estudiante de quinto año de medicina narró en francés las dificultades en la cárcel, y se negó a recibir un trato preferencial dado su pasaporte extranjero. “No me voy de aquí hasta que suelten a todos mis compañeros”, amenazó Coppens.
El diputado griego del Parlamento Europeo por la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), Stelios Kouloglou, descalificó al gobierno de Ortega-Murillo como “socialista”. “No hay socialismo sin democracia, sin derechos humanos, con presos políticos. ¡Punto!”, dijo con aplomo Kouloglou.
Los eurodiputados dijeron las conclusiones de su visita el sábado. Fueron contundentes: “El gobierno y sus interlocutores oficiales nos insisten en la tesis de que hubo un golpe de Estado violento, actos terroristas, y, sobre todo, una agresión externa. No creemos en esta hipótesis. Nos parece especulativa y partidista. No está sustentada en ninguna prueba”, sostuvo el legislador Jáuregui.
El jefe de misión afirmó que Nicaragua vive una “grave crisis de democracia, Estado de Derecho, de libertades y derechos humanos”. La Unión Europea ve que tres libertades fundamentales están “seriamente prohibidas y limitadas”: la expresión, la reunión y la manifestación.
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Persecución a opositores que charlaron con eurodiputados
Líderes sociales, empresariales y estudiantiles se reunieron con los diputados extranjeros en Managua. Paramilitares y policías acosaron y persiguieron a los opositores al salir de las reuniones con los legisladores. El líder estudiantil Harley Morales escapó de ser apresado luego de que un retén policial detuviera el auto en el que viajaba. El joven logró escabullirse con ayuda de otras personas.
“No podemos considerar más que intolerable que personas que hayan venido a vernos no hayan podido salir por la puerta del hotel sin ser perseguidas”, criticó el eurodiputado Jáuregui, quien destacó que la composición de la delegación de parlamentarios incluía a muchos colegas de izquierda, entre ellos el español Javier Nart, quien en los 70 fue parte de la guerrilla sandinista que derrocó al dictador Somoza.
El eurodiputado Javier Nart le respondió así a un periodista de la dictadura Ortega-Murillo: Con una fotografía, su pasado guerrillero en Nicaragua, y sus deseos por "libertad verdadera" para este país #SOSNicaragua pic.twitter.com/JroadYuPcE
— Wilfredo Miranda (@PiruloAr) January 26, 2019
Los eurodiputados urgieron al gobierno Ortega-Murillo reinstalar un diálogo nacional “creíble”, y, al mismo tiempo, tres “gestos de buena fe” como “condiciones mínimas” para lograrlo: “Libertad provisional de los manifestantes presos, al menos bajo la figura de casa por cárcel; que cesen las limitaciones a las libertades y el acoso a los líderes sociales que ejercen derechos y libertades fundamentales, y que permita la vuelta al país de los organismos internacionales defensores de los derechos humanos”.
La respuesta del gobierno Ortega-Murillo ha sido un silencio ensordecedor aparejado de la militarización de las ciudades.
El Departamento de Estado en Managua
Mientras los diputados estaban en Nicaragua, la pareja presidencial Ortega-Murillo también recibió a otra delegación extranjera. Dos altos funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos llegaron a Managua a exigir el cese de la represión, liberación de los presos políticos, y reformas electorales que conduzcan a la realización de elecciones anticipadas antes de 2021.
Lo dos representantes del Departamento de Estado fueron Michael McKinley, asesor principal del secretario de Estado, Mike Pompeo, y Julie Chung, subsecretaria principal adjunta de la Oficina del Hemisferio Occidental. La visita de estos altos funcionarios norteamericanos ocurre luego de las sanciones que Washington ha impuesto al entorno Ortega-Murillo, y en medio de la convulsión política que Juan Guaidó ha causado en Venezuela.
La visita de los estadounidenses y los parlamentarios europeos demuestra l as tensiones y el aislamiento que el gobierno oficial en Nicaragua mantiene con dos de sus principales socios comerciales, gracias a que es señalado por organismos de derechos humanos de cometer “delitos de lesa humanidad”.
Los eurodiputados amenazaron con que si el gobierno sandinista no accede a sus propuestas de reanudar el diálogo y realizar los “gestos de buena fe”, podrían expulsar a Nicaragua del Acuerdo de Asociación que la Unión Europea mantiene con Centroamérica. “Si la situación no cambia, muchas voces plantearán la incompatibilidad e imposibilidad de continuar este acuerdo con este país”, advirtió Jáuregui.
La presión internacional desde la izquierda también es atizada por la Internacional Socialista. El Consejo Mundial de ese organismo expulsará al Frente Sandinista de Ortega debido a la “masacre” perpetrada desde abril de 2018. La iniciativa fue presentada por el Partido Liberación Nacional de Costa Rica cuyo país ha recibido a más de 50 mil refugiados nicaragüenses, y será votada en la reunión que se celebra en República Dominicana.









