Muere un bebé venezolano que viajaba en una embarcación interceptada a tiros por la guardia de Trinidad y Tobago

El bebé viajaba con su madre y otros migrantes en una embarcación clandestina que pretendía llegar a las costas de Trinidad y Tobago, pero fue interceptada por la Guardia Costera de ese país a disparos.

Video "Es un dolor inmenso": madre del bebé venezolano muerto por disparos de guardacostas de Trinidad y Tobago

Un bebé venezolano murió el sábado por la noche cuando la embarcación en la que viajaba con su madre y un grupo de migrantes fue interceptada a disparos por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago.

El oficial de información pública de la institución, el teniente Kerron Valere, contó en un comunicado que la Guardia Costera realizaba un patrullaje en las aguas entre Venezuela y Trinidad y Tobago cuando descubrieron el bote, que en lugar de frenarse se dio a la fuga. Cuentan que intentaron disuadirlos del escape con llamados de alerta para detenerse, así como con cornetas y luces.

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"Lo siguiente que fue empleado fueron disparos de advertencia. La medida fue inútil", explica Valere en la nota. El bote siguió evadiendo a las autoridades con "maniobras agresivas" que incluyeron embestidas a las embarcaciones de la Guardia, que eran más pequeñas, dice. Eso los llevó a efectuar nuevos disparos, ahora contra el motor de la lancha que huía "en un intento por frenarla".

La consecuencia: lograron detener la embarcación, pero también hirieron a una madre que llevaba a su bebé en brazos. "La mujer herida logró ser estabilizada y transferida a un centro de salud", cuentan en el comunicado. "Lamentablemente, el bebé no respondió".

El bebé fue identificado como Yaelvis Santoyo Sarabia y su madre, Darielvis Sarabia. La lancha en la que viajaban, salió el sábado por la noche con 43 personas desde la costa del empobrecido estado Delta Amacuro, al noreste de Venezuela. Desde allí parten a diario entre seis y diez embarcaciones con migrantes que quieren huir del país, dijo a la AFP el activista de derechos humanos Orlando Moreno.


Eduardo Stein, representante especial conjunto de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) para los refugiados venezolanos, dijo que la noticia generó consternación: "Nadie en búsqueda de seguridad, protección y nuevas oportunidades debería perder la vida (...) Este incidente pone de manifiesto la difícil situación a la que se enfrentan las personas que se desplazan durante los desesperados y peligrosos viajes buscando seguridad".

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Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, también condenó lo ocurrido: "Ningún niño o niña migrante debería morir jamás, ya sea viajando con sus padres o solo. Ninguna madre quiere poner en riesgo la vida de sus hijos en un pequeño barco en alta mar, a menos de que no tenga otra opción". Explicó que el accidente muestra la vulnerabilidad de las mujeres y niños migrantes venezolanos, que representan dos tercios de los venezolanos que actualmente están en movimiento.


Venezuela también condenó el suceso. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicolás Maduro solicitó una investigación para esclarecer lo ocurrido. El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, pidió a los venezolanos "no arriesgar sus vidas" en "peligrosos cruces".

Según la agencia AFP, los zarpes clandestinos han dejado al menos un centenar de muertos y desaparecidos desde 2018. Esto como resultado de viajes en embarcaciones precarias y con sobrepeso que cruzan 75 millas de aguas entre los dos países.

Naciones Unidas estima que más de cinco millones de venezolanos han emigrado desde 2015 forzados por la aguda crisis económica y política en su país y que unos 25,000 viven en Trinidad y Tobago.

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