Se ha vuelto un tema de discusión frecuente: el Universo cinematográfico de Marvel, con todos sus logros y sus éxitos taquilleros, tiene una gran cuenta pendiente en sus villanos, frecuentemente genéricos y unidimensionales.

Con el debut de la serie Agents of S.H.I.E.L.D. el concepto de universo cinematográfico comenzó a expandirse para Marvel y desde entonces la franquicia se ha vendido con el siguiente (supuesto) atractivo: todo lo que ocurre en las series y las películas está conectado entre sí.

Mickey Mouse y todos en Disney deben estar muy contentos tras un nuevo fin de semana en el que dos títulos del estudio se han ubicado al tope de la taquilla por segunda semana consecutiva, consolidando así el creciente dominio de la compañía del viejo Walt en Hollywood, con sus franquicias nuevas y revividas.

Algo que ha caracterizado al Universo cinematográfico de Marvel (MCU), sobre todo a partir de la llamada “fase 2” de la franquicia, es la contratación por parte del estudio de directores jóvenes, semi desconocidos, provenientes del cine independiente y sin dudas debutantes en lo que respecta a la realización de un blockbuster de presupuesto multimillonario.

No es muy frecuente hablar sobre guionistas al discutir grandes blockbusters hollywoodenses, con el foco de atención generalmente dirigido hacia los protagonistas y, a lo sumo, a los directores, pero curiosamente la dupla de Christopher Markus y Stephen McFeely están recibiendo gran atención en medio de las repercusiones de Capitán América: Civil War.

La famosa y antigua rivalidad entre Marvel y DC ha resurgido con toda la fuerza ahora que cada una de las respectivas franquicias cinematográficas ha lanzado una película épica y con superhéroes enfrentados entre sí.