Este lunes, las autoridades ordenaron a los pobladores de las áreas que podrían estar más amenazadas por el huracán asegurar sus hogares y sus negocios y moverse a un lugar seguro tierra adentro. A lo largo del día, los albergues se fueron llenando y las calles y negocios se quedaron vacías.

Al menos cinco personas fallecieron en el archipiélago de Las Bahamas y la Guardia Costera de Estados Unidos trasladó a 21 heridos por aire a la capital, Nassau. Con el ojo sobre la isla Gran Bahama, Dorian es ahora un huracán categoría 3, con vientos máximos sostenidos de hasta 120 millas por hora (195 km/h). Comienza a moverse lentamente hacia el noroeste, a 1 milla por hora.

En 1935, el huracán llamado Labor Day dejó unas 400 víctimas al golpear los Cayos de Florida. Ya en 1969 Camille dejó más de 100 muertos por las inundaciones que provocó en Virginia, mientras Andrew, en 1992, dejó daños en Bahamas, Florida y Louisiana. En tanto, este año Dorian podría marcar un récord por sus potentes vientos sostenidos en Bahamas.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) advierte que, aunque el ciclón redujo la velocidad de sus vientos a 155 millas por hora, todavía es capaz de ocasionar una "destrucción extrema".

El gobernador también habló con el presidente Trump, funcionarios de FEMA y gobernadores de Florida, Georgia y Carolina del Sur para coordinar los planes de respuesta de emergencia ante el huracán, que se espera toque tierra en Carolina del Norte a mediados de esta semana.

Después de devastar Bahamas, el huracán Dorian podría hacer sentir su fuerza a Palm Beach en Florida, en donde ya se ha pedido a la población mantenerse lejos de las playas y ponerse a salvo, aunque no todas las personas acatan las indicaciones.