La pelvis femenina difiere en gran medida de la masculina, y a pesar de que los hombres también tienen piso pélvico, el suyo no está tan en riesgo como el de las mujeres. Durante varios siglos, la medicina consideraba el cuerpo femenino como una variante del masculino, y quizá sea por esta razón que la investigación sobre el suelo pélvico femenino es tan reciente. No ha recibido tanta atención, como reconoce la BBC, porque no compromete la vida de las mujeres, aunque sí puede afectar significativamente su calidad de vida.

Es natural que durante toda la vida y principalmente en el período fértil la mujer tenga secreciones vaginales. Están constituidas por bacterias y células muertas derivadas de la degradación natural del medio vaginal y son responsables de la autorregulación del área. De acuerdo con la ginecóloga y obstetra Flávia Fairbanks, durante cada período del ciclo menstrual su aspecto cambia. Para evitar que la secreción natural se confunda con los síntomas de ciertas enfermedades ginecológicas, aprende cómo identificar cada una de ellas.

Considerada misteriosa por gran parte de las mujeres que por timidez o falta de confianza no observan su propio cuerpo, la vagina es un órgano bastante complejo que puede causar sorpresa y despertar curiosidad, especialmente cuando descubres que es capaz de hacer muchas cosas que ni siquiera imaginas.

Las infecciones urinarias pueden ser muy molestas y dolorosas. Para tratarlas, por lo general, hay que tomar antibióticos, esperar a que se vayan y rogar que no regresen. Sin embargo, hay algo más sencillo que puedes hacer para olvidarte de ese malestar: la prevención.

El hipotiroidismo, una de las enfermedades más comunes de la tiroides, compromete el funcionamiento de la glándula que no es capaz de producir hormonas suficientes para suplir las necesidades del organismo.

Los síntomas premenstruales afectan a la mayoría de las mujeres en edad fértil y la hinchazón abdominal es uno de los síntomas más comunes.