A menos de un mes del verano en el hemisferio norte, el Mediterráneo comienza a prepararse para una temporada estival en la que el turista no sólo "compite" por conseguir un hueco en ese hotel costero o playa masificada, sino por encontrar el lugar más apartado, paradisíaco y turquesa.

Los desiertos costeros nacen de un particular microclima provocado por la estabilidad de las temperaturas del mar y la zona interior del continente, las cuales forman esa barrera árida que podemos localizar en algunas zonas del planeta donde el sol brilla durante, prácticamente, la totalidad del año.

El naturismo es cada vez más practicado por viajeros concienciados con el medio, más allá del simple desnudo integral. Este implica convivir con el entorno en total libertad, desde las playas hasta los bosques, aprovechando los recursos de la naturaleza como el fuego, el viento o el agua para subsistir.

Una vez que hayas guardado todo y tu valija esté lista para arrancar las vacaciones, no te olvides de elegir el libro que te va a acompañar en el descanso. Relajada y lista para disfrutar de no hacer nada, una buena lectura es la mejor compañera del verano.

La religión musulmana parece no entender de ciertos convencionalismos occidentales. Durante ciertos viajes o en playas concretas, muchos nos hemos preguntado el por qué los árabes suelen bañarse con ropa o procuran evitar las grandes masificaciones. Y es que, incluso para las playas, el Corán impone ciertas pautas. Vamos a explorar algunas de las claves tras las conocidas como playas para musulmanes.

Aún sin cambiar, el hombre continúa explotando recursos naturales cuyas consecuencias podrían manifestarse antes de lo esperado. Desde el petróleo hasta la madera, pasando por el agua o las mismas personas, la arena es el último recurso en sumarse a una larga lista con más de 18 mil toneladas arrancadas de unas playas que podrían desaparecer en 2100.