Stephen King escribió una novela llamada sencillamente It (Eso). Pasó muy desapercibida hasta que la adaptación la llevó a la popularidad. Gracias a Pennywise, el diabólico payaso, muchos prefirieron no tener fiestas de cumpleaños con globos y animadores. En lo personal, sigo manteniéndome alejado de los payasos.

Seguramente un libro de Harry Potter llegó a tus manos en algún momento de tu vida y ya no pudiste parar con tu fanatismo. Compraste cada uno de los libros de la saga, incluidos Quidditch a través de los Tiempos y Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos. Es probable que en algún punto te hayas sentido un incomprendido y dependiendo tu edad, te hayan dicho infantil. Pero ahora tienes una respuesta para todas esas personas, porque hay una buena razón para seguir leyendo Harry Potter.

¡Por todo lo que nos dan!

Leer es vivir...

Te sientas en el sillón más cómodo junto a la ventana, remueves distraído el té caliente de tu taza y agarras tu libro favorito, ese que has leído en más de una ocasión y cuyas páginas empiezan a mostrar el paso de los años. Entonces llega ese mágico momento en que lo abres y absorbes ese olor inconfundible y especial que tan bien conoces.

Un libro es, en muchas ocasiones, el mejor aliado para viajar a lugares lejanos e incluso sentir la sensación que esas muchas personas experimentaron tras pisar tierras extrañas, estimulantes y dotadas de una brisa de mil matices.