La infancia es el momento clave para naturalizar las diversidades e inculcar hábitos y prácticas saludables. Así como desde chiquitos nos enseñan a ser respetuosos, a comer con la boca cerrada y a no decir malas palabras, también es el momento de reconocer a los distintos actores de una sociedad para internalizar las diferencias.
Excelente iniciativa: Libros por una educación inclusiva que grandes y chicos deberíamos leer

Las personas con discapacidad están invisibilizadas en nuestra sociedad, y si uno no tuvo la suerte de compartir el camino con ellas, probablemente no tenga muy presente lo mucho que tienen para dar. Discriminar no es solo hablarles mal o negarles un trabajo. Discriminar es ignorar.
Con esta idea en mente, la Fundación Fundalc y la Editorial Bonum lanzaron Todos a Jugar, una colección de cuentos infantiles que busca concientizar sobre la integración de las personas con discapacidad. Son historias enfocadas en los chicos pero fundamentales para adultos también.
Sobre el proyecto
El escenario común de todos los cuentos de Todos a Jugar es la plaza, y los protagonistas, los chicos. La plaza es un reflejo de la sociedad, en donde los diferentes actores que la conforman están presentes. Pero en este ambiente infantil, a diferencia de en el mundo adulto, la curiosidad, el interés y el respeto se mantienen intactos.
Así, se cuentan historias de chicos que aprenden a convivir a pesar de las diferencias. Y que principalmente reconocen esas diferencias como virtudes, nuevas oportunidades para divertirse y conocer nuevos retos. Y no se trata de "ayudar" al otro, sino de compartir de igual a igual y de aprender los unos de los otros.
¿Cómo lo llevamos a la realidad?
Los chicos -por suerte- conservan una mente libre de prejuicios, y con el simple hecho de fomentarles una educación inclusiva podemos generar una verdadera diferencia. En este sentido, el juego es una oportunidad que debe ser valorada y aprovechada no solo como forma de entretenimiento, sino como herramienta fundamental para la integración social.
Con 29 años se me cayeron unas cuantas lágrimas y se me escaparon varias sonrisas mientras leía estos libros. De más está decir que son muy recomendables para grandes y chicos porque ayudan a entender cómo entre todos -y de una forma muy simple- podemos generar un cambio social.
Naturalizar las diversidades es la única forma de acabar con la discriminación. Y estos cuentos son una clara muestra de ello. Leelos y me contás.
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