Tanto la música como la narrativa, la ilustración o la creación de un cómic en general, son fácilmente vinculables bajo la palabra "arte". Sin embargo, no son muy conocidos los casos de cantantes o músicos que además de su tarea principal, se dediquen (y en varios casos con éxito) a las viñetas.

Iron Man ha pasado a ser vox populi gracias a sus versiones cinematográficas de éxitos variables y discutibles. Pero es gracias a estas películas (con todas sus posibles falencias), que la gente conoció al hombre detrás del yelmo.

Pese a su naturaleza psicótica y asesina, el Mercenario Bocazas no es un personaje que se caracterice por andar solo en las viñetas. Desde su creación en 1992, Deadpool ha sido acompañado por diferentes personajes con distinto grado de aceptación entre los fanáticos.

En la Edad de Plata del cómic americano, DC Comics publicó un gran número de "Historias Imaginarias" de sus personajes más populares, reimaginándolos de las maneras más absurdas o poniéndolos en situaciones increíblemente ridículas, como un Kal-El que es adoptado por criminales, y desde bebé es un Superbebé del cirmen.

Cualquier buen personaje de anime/manga que se precie como tal, desarrollará a lo largo de la serie una o más frases que repetirá en momentos determinados. Es así que varias series tienen esas frases como parte del guión, incluso llegando a ser running gags efectivos.

Los cómics de Mark Millar comparten un factor llamativo, ya que en la mayoría de sus obras el argumento se puede resumir con una pregunta hipotética, del tipo ¿Qué tal si…? (o What if? como se lo conoce en inglés) que desestructura una realidad ficticia y plantea miles de posibilidades. Una vez presentado este interrogante, solamente hay que guiarse por la lógica del universo donde se planteó y ver cómo esa nueva "realidad diseñada" afecta todo en el mundo.