Tarde pero llega. No podemos comenzar el 2015 sin conocer los números finales en ventas de cómics y novelas gráficas más vendidas del 2014. Números que muestran a Marvel como un neto dominador de principio a fin en el rubro de issues, donde la Casa de las Ideas obtuvo 9 de los 10 cómics más vendidos, Image Cómics tuvo uno y DC cero.

Aunque no lo creas, Superman está lejos de ser el personaje inmortal que todos creen. De hecho, ha muerto en más ocasiones que otros personajes “menos poderosos” como Batman o Green Arrow. Claro que en su gran mayoría se trata de historias situadas en universos o temporalidades alternativas, donde los guionistas pueden sacarse las ganas de experimentar a sus anchas, pero en definitiva son muertes que han sucedido.

Incluso antes de la temporada de invierno, varias comunidades y sitios web occidentales, también fans de esta industria, se debatían acerca de cuáles habían sido los más entretenidos, interesantes, divertidos, impactantes en otras palabras (tan ambiguamente como puede interpretarse) “Los Mejores” proyectos animados emitidos durante todo el pasado año 2014 en el país nipón, y nosotros por supuesto no fuimos la excepción.

Como bien sabemos, la industria del cómic no se caracteriza por recaudar fortunas, o al menos según los parámetros empresariales estándar. En cuanto a franquicias famosas se refiere, por ejemplo Batman, Superman, Spiderman; las ventas de historietas tienden a ser el menor ingreso económico, superadas ampliamente por sus figuras de acción, sus videojuegos, y por supuesto, las adaptaciones audiovisuales.

¿Cómo se mata a un personaje que puede recomponerse desde la uña del meñique? O dicho de otra forma, ¿cómo se puede matar a un personaje cuya existencia pasa por ser una parodia? Lo que en un principio parecía una tomada de pelo a la muerte de Wolverine, acontecida en 2014, hoy parece una realidad, la muerte de Deadpool es un hecho.

Los eventos desatados por las publicaciones de la revista francesa Charlie Hebdo y el posterior atentado a su sala editorial han dado al mundo qué hablar y han puesto temas como la guerra santa nuevamente en el tapete mundial. Sobre este tema (nuestro tan amado), Alan Moore profirió algunas palabras que invitan a la reflexión sobre asuntos concernientes a las religiones y particularmente a la humanidad en su forma más abstracta.