Con más de un millón de refugiados en Rafah, a los funcionarios estadounidenses les preocupa que las bombas puedan causar nuevas muertes masivas. Grupos de derechos humanos llevan tiempo denunciando que el uso de potentes bombas por parte de Israel ha provocado matanzas indiscriminadas de civiles.

En la noche de este miércoles se reportó un tiroteo en una vivienda ubicada en el 6708 de Widsor Hollow, al noreste de San Antonio, el cual dejó hasta el momento cinco heridos, de los cuales tres eran niños entre edades de 4 y 10 años. Según las autoridades, unos sospechosos dispararon varias veces contra la casa. Javier Salazar, sheriff del condado de Bexar, entregó más detalles del caso.

El ‘board’ de la Universidad de Columbia tiene entre sus funciones controlar el presupuesto y supervisar la dotación de la universidad. Los estudiantes propalestinos piden la desinversión en empresas vinculadas a Israel. Pero varios de los miembros del board tienen relación con la producción de armas, servicios militares y la defensa israelí.

La preocupación de EEUU se centra en los explosivos de mayor tamaño y en cómo podrían utilizarse en una densa zona que está siendo utilizada como refugio por 1.4 millones de palestinos que han sido desplazados por la guerra entre Israel y Hamas que ha durado siete meses.

Las autoridades acusaron de homicidio a Bernard Junior Polite, el hombre que supuestamente intentó disparar contra el reverendo Glenn Germany durante un sermón. Esto, luego de hallar en la casa del detenido el cuerpo de Derek Polite, su primo y con quien vivía.

Históricamente, EEUU ha proporcionado enormes cantidades de ayuda militar a Israel, una tendencia que no ha hecho más que acelerarse desde el ataque de Hamas hace siete meses, por lo que una pausa en el envío de armas es la manifestación más llamativa del creciente desacuerdo entre los gobiernos de Biden y Netanyahu.