El presidente Donald Trump afirmó que los datos de empleo fueron “manipulados” para perjudicarlo, tras la publicación de un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) —una agencia gubernamental encargada de recopilar y difundir estadísticas económicas esenciales— que mostró una desaceleración en la creación de empleos en julio de 2025 y revisiones a la baja en los dos meses anteriores. En conjunto, estos ajustes indican 258,000 empleos menos de lo informado inicialmente, una diferencia del 88.7% respecto a las cifras provisionales.
Trump alega manipulación política en los datos de empleo: ¿qué dicen los expertos?
Tras la publicación de los datos de empleo de julio y revisiones en los meses anteriores, el presidente despidió a la comisionada de la BLS, alegando que los números habían sido “manipulados con fines políticos” en su contra. Pero las revisiones no son una práctica nueva y el mandatario no aportó evidencias diferentes a las variaciones en la data.


Más allá de los ajustes en las cifras, Trump no ha presentado evidencia que respalde su acusación. Expertos señalan que esas revisiones forman parte del proceso habitual, ya que las cifras publicadas inicialmente son preliminares y están sujetas a actualización. Sin embargo, algunos analistas consideran que estos ajustes fueron de una magnitud significativa.
Desde elDetector, recopilamos las opiniones de especialistas que explican cómo funciona el proceso de revisión de las cifras de empleo.
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Qué dicen funcionarios públicos
El presidente despidió a Erika McEntarfer, quien estuvo en su rol como comisionada de la BLS desde 2024 y fue confirmada con apoyo bipartidista ese mismo año bajo la administración de Joe Biden. La funcionaria pública fue removida por Trump a través de una publicación en redes sociales, el mismo día en que se divulgó el reporte de empleo que mostró que la economía en julio había creado 73,000 puestos de trabajo, una cifra por debajo de las expectativas, y que, además, incluyó ajustes a la baja en los datos de mayo y junio.
"Necesitamos cifras de empleo precisas. He ordenado a mi equipo que despida a esta funcionaria designada por Biden, inmediatamente. Será reemplazada por alguien mucho más competente y calificado. Cifras tan importantes como estas deben ser justas y precisas, no pueden ser manipuladas con fines políticos", escribió Trump en su cuenta de Truth Social el 1 de agosto de 2025, sin aportar evidencias de que los ajustes se hicieron en su contra con fines políticos.
Entre los republicanos que respaldaron la nominación de McEntarfer en 2024 estaban JD Vance, entonces senador por Ohio y hoy vicepresidente de Trump, y Marco Rubio, quien en ese momento representaba a Florida en el Senado y ahora funge como secretario de Estado del mandatario republicano.
La decisión generó reacciones encontradas dentro del ámbito político y económico.
Kathleen Utgoff, excomisionada de la BLS y quién ocupó el mismo cargo de McEntarfer, dijo que los comisionados “no tienen la capacidad de manipular las cifras” en una entrevista para nuestro aliado FactCheck.org. Utgoff, designada por el presidente republicano George W. Bush en 2002, explicó que reciben el comunicado de prensa con las cifras “36 horas antes” de que se publique el informe y que esos datos provienen directamente de computadoras.
Utgoff no es la única que lo afirma. El también excomisionado William Beach, designado por Trump durante su primera administración (2017-2021), declaró en una entrevista con CNN que “para cuando el comisionado ve las cifras, ya están todas preparadas. Están bloqueadas en el sistema informático”.
Sin embargo, la confiabilidad de los datos es cuestionada. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional (National Economic Council, NEC), un organismo creado en 1993 durante la administración de Bill Clinton para asesorar al presidente de turno en temas económicos, dijo que los datos "se han vuelto muy poco confiables con estas enormes revisiones de los últimos años", en una entrevista con Fox News Sunday. Explicó que, si bien las revisiones en los datos de empleo no son inusuales, estas comenzaron a hacerse más pronunciadas durante la pandemia, cuando era comprensible que las encuestas no siempre se completaran dado el contexto.
Hassett calificó de “gigantesco” el ajuste más reciente con respecto a las cifras de mayo y junio que fueron revisadas por la BLS y que solo sumaron en mayo 19,000 empleos en vez de los 144,000 anunciados preliminarmente, y en junio 14,000 en vez de 147,000.
En conjunto, estas revisiones implican que se crearon 258,000 empleos menos de lo que se había informado inicialmente y de forma provisional, una diferencia del 88.7% respecto a las cifras publicadas por la BLS en un primer momento.
La BLS explicó en el reporte publicado el 1 de agosto que estos cambios se deben a la recepción de datos adicionales por parte de empresas y agencias gubernamentales, así como al ajuste de los factores estacionales. Sin embargo, para algunos expertos como Hassett, la magnitud del ajuste ameritaba una explicación más detallada.
“Si yo estuviera al frente de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) y me enfrentara a una revisión de esta magnitud —la más significativa desde 1968, con claras implicaciones políticas— presentaría un informe exhaustivo explicando con precisión qué ocurrió. Y eso no lo recibimos”, declaró Hassett en una entrevista para Meet the Press.
Erica Groshen, otra excomisionada de la BLS, pero bajo la administración de Barack Obama, también hizo alusión a la revisión a la baja más significativa en años. Sin embargo, subrayó a CBS que este tipo de ajustes no “son un error (bug)” sino una “característica” del proceso.
La BLS revisa los datos regularmente
Cada primer viernes de mes, la BLS publica una estimación inicial de empleo. Como suele ocurrir con las estimaciones basadas en encuestas, están sujetas a revisiones. Pero estas —aunque a veces más significativas que otras— no necesariamente son señal de “manipulación”, como sugirió Donald Trump, sino parte de un proceso estadístico rutinario.
Jed Kolko, del Peterson Institute for International Economics y exfuncionario de la Oficina del Censo y de la Oficina de Análisis Económico (BEA) durante el gobierno de Joe Biden, explicó que las cifras laborales suelen ser revisadas porque se publican mensualmente, aunque no todos los sondeos llegan a tiempo para ser incluidos en el reporte inicial, según señaló Univision en un artículo. “Las revisiones resuelven la tensión entre la puntualidad —publicar el informe en la fecha programada— y la precisión de los datos”, explicó Kolko.
Según la propia BLS, las cifras se revisan dos veces tras su publicación inicial y se estabilizan con el ajuste anual de referencia, conocido como benchmarking (revisión anual).
Aunque es habitual que haya diferencias entre las cifras iniciales y las revisadas, la excomisionada Groshen reconoció que las correcciones de mayo y junio fueron “definitivamente grandes”, según reportó CBS.
Un artículo publicado por el banco canadiense Royal Bank of Canada (RBC), escrito por los economistas Mike Reid y Carrie Freestone, señaló que aunque no es la primera vez que se observan “revisiones significativas” en los datos de empleo, estas son “atípicas fuera de los puntos de inflexión del mercado laboral (es decir, recesiones)”.
Michele Evermore, extrabajadora del Departamento de Trabajo y actual investigadora senior en The Century Foundation, dijo que, si bien la revisión puede parecer notable, su impacto proporcional sobre el conjunto del mercado laboral no es tan drástico como algunos lo han sugerido.
No todos los empleadores encuestados responden a tiempo
Jeff Strohl, director del Centro de Educación y Fuerza Laboral de la Universidad de Georgetown —un centro de investigación en políticas públicas—, coincide con otros expertos al señalar que la BLS publica sus informes mensuales de empleo con la expectativa de que serán revisados posteriormente, una vez que reciba más información por parte de los encuestados. La prioridad, explicó a CBS, es entregar información oportuna, aún si es incompleta.
En parte, la situación se explica porque solo alrededor de siete de cada 10 empleadores encuestados responde a tiempo. “Un mes después, esa tasa sube al 90% - 95%, entonces tienes 25%, o 150,000 empresas más, reportando sus datos”, explicó Strohl, citado por CBS News.
“La explicación más sencilla es que las empresas respondieron con mayor lentitud de lo habitual”, se lee en un artículo del banco RBC, lo que probablemente llevó a que se emplearan más suposiciones en la publicación inicial de los datos. El mismo también destaca que la recopilación de información tras la pandemia ha representado un “desafío” para BLS, ya que la agencia recibe respuestas adicionales después de la publicación inicial.
Además, los shocks semanales en la economía, como los provocados por los aranceles y señalados en un artículo de CBS, añaden una capa adicional de dificultad para publicar datos de empleo precisos cada mes.
Aunque las revisiones posteriores a los datos iniciales forman parte del proceso habitual, como han señalado funcionarios públicos, economistas y la propia BLS, la magnitud de los ajustes en mayo y junio —que en conjunto superan el 80% respecto a las cifras inicialmente publicadas— resulta “atípico”. Algunos expertos atribuyen esta discrepancia a la respuesta tardía de ciertos empleadores, aunque la BLS no menciona esta razón en su reporte. Sin embargo, esta explicación tampoco constituye una prueba definitiva y, hasta el momento, no existe evidencia que respalde las acusaciones de “manipulación” con fines políticos planteadas por Trump.
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