Empeora la crisis de salud en Venezuela y aumentan las protestas en la calle

Caracas (VENEZUELA). - La escasez de medicamentos en Venezuela se agrava semana a semana. Esa es la impresión que tiene Francisco Valencia, trasplantado de riñón hace 16 años y activista por el derecho a la salud a través de Codevida, una coalición de asociaciones de pacientes con enfermedades crónicas.
“Hace unos meses uno podía discriminar si había un sector más afectado que otro, ahora es todo. Cada semana hay menos medicamentos. Antes hacías una fila de dos horas en las farmacias de alto costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), ahora no tardas ni 10 minutos, porque no hay nada”.
Esta semana, Valencia y su esposa se quedaron nuevamente sin los medicamentos necesarios para evitar que el cuerpo rechace los órganos con los que tuvieron una segunda oportunidad de vida. En redes sociales se multiplican las peticiones de medicinas y se reportan fallecimientos por falta de ellas, entre pacientes se intercambian drogas y quienes pueden logran que desde el extranjero les envíen un paquete de auxilio con algunas dosis para cubrir un tiempo de tratamiento. Las gestiones desesperadas por buscar medicinas copan la rutina de gran parte de los venezolanos.
Hace tres meses la Asamblea Nacional decretó la emergencia en salud. Desde entonces, organizaciones de pacientes, gremios médicos y diputados han insistido en la urgencia de activar los mecanismos para recibir ayuda humanitaria internacional para paliar la aguda escasez de fármacos que afecta al país.
Es potestad del Ejecutivo que esta medida pueda implementarse, pero desde el gobierno —que ya ha enviado cuatro cargamentos de ayuda para las víctimas del terremoto en Ecuador— han negado la crisis y señalado que lo que se propone del Parlamento implica la injerencia países extranjeros en problemas internos.
En un informe levantado por Codevida con información de 130 de los 241 hospitales que hay en el país, se señala que al cierre de 2015 en el país faltaba 70% de la lista de 150 medicamentos esenciales ( pdf) que establece la Organización Mundial de la Salud. La escasez de fármacos neurológicos alcanzaba 85%, antibióticos 60% y analgésicos 70%.
El documento, que fue entregado en febrero en la sede de la Organización Panamericana de la Salud, en Washington, agrega que 10,000 pacientes con patologías crónicas como cáncer, artritis y trasplantados se quedaron sin medicamentos ese mes. El reporte añade datos de la Federación Farmacéutica según los cuales en las droguerías del país solo quedan 7 millones de unidades de medicamentos de baja rotación.
Actualmente, de cada 100 medicamentos, solo 2 están disponibles y la industria farmacéutica alertó que los inventarios de materia prima para elaborar medicamentos se agotan este mes.
“ Lo único que queda por parte de los pacientes y las personas afectadas es tomar las calles, lo único que podemos perder son nuestros órganos”, dice Valencia. El 31 de marzo pasado un grupo de pacientes se concentró en la Plaza Francia de Altamira, en el municipio Chacao de Caracas, para protestar por la crisis. A la calle salieron enfermos con cáncer con sus tapabocas y gorros, personas en sillas de ruedas y con otras dolencias. La semana pasada entregaron a la ministra de Salud, Luisana Melo, un listado con los fármacos más urgentes para atender a los enfermos crónicos e insistieron en solicitar que el gobierno active los mecanismos para recibir la ayuda humanitaria cuanto antes. Este lunes volvieron a manifestar su reclamo en la sede el IVSS, en el centro de Caracas.
En otras zonas del país también comenzaron a organizarse. El Movimiento @100milVidas, con sede en la ciudad de Barquisimeto, en el occidente de Venezuela, comenzó un registro para documentar 100,000 casos de pacientes afectados por la falta de medicinas. En una semana habían registrado a más de 1.500 personas, indicó Darwin Montes, voluntario de la iniciativa. La idea es llevarlas al Ministerio de Salud y al IVSS para darle más fuerza a los reclamos. “Queremos que sepan que somos muchos los que estamos pasando por esta difícil situación”.
Este censo se suma a otro de pacientes infantiles que inició la ONG Cecodap, que en febrero introdujo una demanda en el Tribunal Superior Tercero de Protección del Niño, Niña y Adolescente del Área Metropolitana para exigir medidas cautelares que garanticen el derecho a la salud y el acceso a tratamientos médicos de esta población. La acción fue negada dos veces por el juez de la causa que alegó falta de pruebas de la escasez de medicinas. Con el registro de los afectados piensan intentar por la vía judicial nuevamente.
Retroceso en la medicina
El 10 de enero, con una tos terca, disnea y una fatiga paralizante, Amada Freites, de 64 años de edad, ingresó en el Hospital Universitario de Caracas, ubicado en la Ciudad Universitaria. Lo primero que le pidieron los médicos fue un termómetro para tomarle la temperatura. Luego su familia tuvo que conseguir yelcos para tomarle la vía, tubos para las muestras de sangre, los sueros para aplicar los tratamientos y a diario le llevan las tres comidas, porque un desayuno servido por el Servicio de Nutrición del hospital puede ser una rebanada de pan y un almuerzo apenas una porción de arroz. “Por su cuadro no puede bajar de peso, porque implicaría un cambio en las dosis del tratamiento”, cuenta su hija Fabiana Ortega. Freites padece tuberculosis.
En los más de tres meses que lleva en el hospital no han faltado los fármacos para tratar la infección bacteriana, que solo entrega el Ministerio de Salud. Pero la familia ha tenido que cargar con el resto de los insumos de los que no dispone un hospital de referencia nacional.
Jesús Pereira, presidente de la Red de Sociedades Médicas y Científicas, que agrupa a médicos de todas las especialidades, señala que apenas se está viendo la punta de la crisis que viene.
En febrero del año pasado, la red ya había solicitado declarar la emergencia sanitaria y había advertido el cuadro actual, que se explica con algunos indicadores: durante 2015 se hicieron 87.384 cirugías menos que en 2014 y de las 25.909 camas de hospitalización disponibles, el promedio de ocupación fue de apenas 40%, según la Memoria y Cuenta del Ministerio de Salud. La falta de insumos y medicamentos reduce drásticamente la capacidad de atención en hospitales públicos del país.
“ Los pacientes se nos están muriendo por falta de medicamentos. En psiquiatría se están suicidando porque no toman sus pastillas, los dependientes de la insulina tampoco la tienen, no hay ni para los crónicos de oncología ni para los asmáticos. Cada vez tenemos más niños enfermos porque hay más desnutrición. El control de epidemias se ha abandonado y el racionamiento de agua está haciendo que aumenten las enfermedades”, diagnostica el médico.
El origen de la escasez de medicamentos está la sequía de divisas producto de los bajos precios del petróleo. Hace 13 años el gobierno implementó un control de cambio que se ha convertido en un torniquete para que los dólares lleguen a cada sector productivo. 60% de las materias primas y medicamentos son importados y la deuda del gobierno con el sector farmacéutico y de insumos médicos asciende a 6.400 millones de dólares, según cálculos de representantes de la industria.
“El Ejecutivo es el único que puede resolver esto. Mientras tengamos una deuda externa con las empresas trasnacionales que producen los medicamentos no vamos a poder solventar la crisis. Necesitamos ayuda humanitaria internacional para la emergencia actual y que las divisas que ingresen al país se inyecten al sector salud para reactivar las industrias, que tomará más tiempo”.
El 10 marzo los médicos enviaron una carta pública al presidente Nicolás Maduro para solicitar una reunión para atender la crisis y aún no han tenido respuesta. A Pereira también le preocupa el futuro de la profesión. “Hace 20 años estábamos en la punta de la medicina en la región, pero estos años de malas políticas nos han retrocedido 30 o 40 años. Fuimos un país que erradicó malaria, la tuberculosis y la poliomelitis y estamos volviendo a ver esas enfermedades”.
El relevo también está comprometido, agrega Pereira. Al éxodo de por lo menos 6.700 médicos, de acuerdo con cifras de la Federación Médica de Venezuela, se suma la precariedad en la que se están formando las nuevas generaciones. “Los bajos presupuestos de las universidades hacen que la calidad de los estudiantes también sea baja. Para graduarse un cirujano necesita hacer 350 intervenciones, ahora se están graduando con 40 cirugías por año. Estamos recetando el antibiótico que hay no el que se necesita, la crisis nos está llevando a incurrir en delito, a hacer una mala praxis para intentar ayudar”.