Trump y la trama para desconocer las elecciones: revelaciones del comité del asalto al Capitolio
Fueron ocho audiencias y ocho revelaciones explosivas sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y los planes del expresidente Donald Trump de revertir su derrota electoral 'casi' a cualquier costo.
Las ocho sesiones públicas del comité selecto de la Cámara de Representantes, cada una centrada en un aspecto de lo sucedido, pusieron en evidencia desde presiones a funcionarios republicanos hasta un perverso plan para intentar evitar la certificación de la victoria de Joe Biden en la elección presidencial de 2020.
El jueves, la octava audiencia buscó mostrar cómo durante más de tres horas Trump, que siguió todo por televisión, no hizo nada por parar a los manifestantes, pese a que se lo imploraban sus asesores más cercanos, legisladores republicanos bajo asedio y hasta familiares.
En el transcurso del poco más de un año de trabajo, el comité ha realizado más de mil entrevistas y ha recopilado más de 140,000 documentos. Tras las ocho sesiones públicas se espera continúe la investigación tras el verano.
Estas son algunas de las revelaciones hechas en las audiencias:
Audiencia 1: Trump encendió la mecha y 'buscaba' algo más que disturbios
El planteo del panel, desde el inicio de las audiencias, ha sido que Trump estuvo no solamente involucrado en la convocatoria a los hechos violentos en el Capitolio, sino que eso fue una parte de un esquema más grande que tenía como fin revertir su derrota electoral.
"Lideró una conspiración para anular elecciones presidenciales", dijo el representante Bennie Thompson, presidente del comité. La vicepresidenta del panel, la representante republicana de Wyoming Liz Cheney, lo llamó un "plan sofisticado de siete partes".
Apuntaron a que todas las falsedades que Trump difundía sobre fraudes generalizados fueron parte de mensajes que arengaron a seguidores y grupos de extrema derecha para entrar en acción ese día.
Thompson dijo que lo del 6 de enero "fue la culminación de un intento de golpe", mientras que Cheney indicó: "El ataque contra nuestro Capitolio no fue un motín espontáneo".
En esa primera audiencia aparecieron unas explosivas grabaciones de la entrevista a William Barr, quien renunció como fiscal general ante las insistencias de Trump para que le ayudara a demostrar que hubo fraude.
Barr afirma que le dijo al entonces presidente que hablar de fraude no tenía mérito. El panel reveló la entrevista a la propia hija de Trump, Ivanka Trump, en la que la también asesora del presidente dijo que "aceptó" lo que dijo respecto a la inexistencia del fraude.
En esa sesión también se hizo público un escalofriante video inédito del día del asalto al Capitolio en que los violentos usan astas de bandera y equipo táctico para golpear a policías al canto de "cuelguen a Mike Pence".
Audiencia 2: Trump cantó victoria pese a que no había ganado
El 13 de junio, durante la segunda audiencia pública, se presentaron los testimonios de Ivanka Trump y su marido y también asesor presidencial, Jared Kushner. La audiencia mostró que Trump sabía que había perdido las elecciones y aún así se proclamó vencedor y siguió adelante con denuncias de fraude.
El intento de "golpe de Estado" por parte de Trump se centró en una campaña de desinformación creada para promover mentiras sobre supuestos fraudes.
El comité presentó más extractos del testimonio de Barr, quien relata cómo él mismo le insistió al expresidente en que no existían pruebas de fraudes. "Si cree eso, ha perdido el contacto con la realidad", se escucha decir a Barr.
"Trump rechazó el consejo de sus asesores y siguió el de Rudy Giuliani, aparentemente borracho", afirmó Cheney. Además, Rudy Giuliani, amigo y abogado de Trump, estaba bajo la influencia del alcohol, según el recuento de asesores senior del expresidente.
Trump se adelantó a cantar victoria en la noche electoral pese a que, según testimonios de su entorno, le indicaron numerosas veces que no estaban las cosas claras aún.
Audiencia 3: Pence en peligro y el plan de un 'oscuro' consejero de Trump
El foco de la tercera audiencia fue la presión de Trump a su vicepresidente, Mike Pence, para que al llegar el día de certificar en el Senado los resultados ya convalidados en el Colegio Electoral, el vicepresidente invalidara la victoria de Biden.
Pero Pence, que presidía la sesión de certificación en su rol de presidente del Senado, no cedió a la presión del presidente ese 6 de enero y, pese a las interrupciones por la violencia, siguió adelante con la oficialización de la victoria de Biden, tal como exige la Constitución.
Pence había vivido semanas bajo una presión insoportable, incluso pública. De hecho, en la mañana del 6 de enero, Trump le dijo a miles de sus seguidores frente a la Casa Blanca que esperaba que Pence rechazara los resultados: "Espero que Mike haga lo correcto. Yo espero que sí. Porque si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones".
El comité mostró que Trump, sabiendo que la violencia estaba ocurriendo en el Capitolio y que Pence estaba allí, publicó un tuit en el que acusaba a su vicepresidente por no rechazar los resultados. Pence, senadores y congresistas debieron ser evacuados por la violencia.
Además, un 'oscuro' asesor de Trump, un profesor de derecho de nombre John Eastman, escribió varios memorandos en los que sugería que Pence podía rechazar a los electores.
Tanto Trump como Eastman sabían que el plan era ilegal, según el testimonio de los asesores de Pence. A tal punto que Eastman buscó obtener un perdón presidencial tras los disturbios debido a que él era el ‘artífice’ del esquema para revertir una elección.
Audiencia 4: Trump presiona para que le "encuentren 11,780 votos"
La cuarta sesión se dedicó a la constante presión de Trump sobre funcionarios republicanos que tenían roles clave en el conteo de votos en estados cruciales de la elección presidencial de 2020.
Los principales testigos fueron altos funcionarios republicanos de Arizona y Georgia: Russell 'Rusty' Bowers, presidente de la Cámara Baja de Arizona; Brad Raffensperger, secretario de Estado de Georgia, y Gabe Sterling, subsecretario de Estado de Georgia.
Bowers relató cómo fue presionado durante una llamada de diciembre de 2020. El de Arizona contó que le dijo sin rodeos al entonces presidente Trump que no haría "nada ilegal" por él. Sin embargo, semanas después, el abogado de Trump y el 'cerebro' de la estrategia para torcer las elecciones, Eastman, lo llamó y continuó presionándolo.
Bowers testificó que Giuliani admitió que no había descubierto evidencia de fraude: "Tenemos teorías. Simplemente no tenemos la evidencia", recordó Bowers que dijo el exalcalde de Nueva York.
Por su parte, Raffensperger testificó sobre la famosa llamada en la que Trump le pidió que "encontrara 11,780" votos que podrían cambiar el estado para evitar la victoria electoral de Biden, una solicitud que el secretario de Estado de Georgia rechazó.
Raffensperger señaló que "todas las acusaciones" de fraude se investigaron y que nada se encontró que sustentara las afirmaciones del presidente. "Tuvimos muchas denuncias e investigamos cada una... (Trump) dijo que había más de 66,000 votantes menores de edad. Pero descubrimos que había cero", aseguró.
Los tres funcionarios recibieron amenazas contra ellos y sus familias, y se vieron expuestos al escarnio y presión de los simpatizantes del exmandatario.
Audiencia 5: Una crisis constitucional y republicanos buscando indultos preventivos
Durante la audiencia del 23 de junio, exfuncionarios del Departamento de Justicia dieron testimonio de las presiones del entonces presidente para que investigaran infundadas denuncias de fraude electoral.
La audiencia relató lo cerca que estuvo EEUU de tener "una crisis constitucional" que no ocurrió porque los líderes del departamento amenazaron con renunciar en masa.
En la sesión hubo tres testigos: Jeffrey Rosen, quien era fiscal general interino cuando se produjo el asalto al Capitolio, y otros dos exfuncionarios del departamento, el principal adjunto de Rosen, Richard Donoghue, y Steven Engel.
Los exfuncionarios dijeron que Trump presionó a la cabeza del Departamento de Justicia para que investigaran las falsas afirmaciones, que fueron rechazadas.
Tras la renuncia de Barr y la renuncia de Rosen, Trump buscó colocar como fiscal general a un hombre llamado Jeff Clark, quien dirigió la división civil que manejaba casos ambientales. Clark había apoyado teorías para que los estados no certificaran los resultados, lo que causó inmediata simpatía en Trump.
Además, miembros republicanos del Congreso, incluidos Mo Brooks, Matt Gaetz, Andy Biggs, Louie Gohmert y Scott Perry, se comunicaron con la Casa Blanca para solicitar indultos preventivos de Trump después del ataque del 6 de enero, reveló la audiencia.
Audiencia 6: Trump sabía que muchos de sus seguidores estaban armados y los incitó a marchar al Capitolio
El 27 de junio, en una sesión convocada por sorpesa, Cassidy Hutchinson, asistente del jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, aseguró que el mandatario y su círculo estaban al tanto de la posibilidad de un estallido de violencia el 6 de enero.
Hutchinson dijo que Meadows buscó un indulto presidencial relacionado con los eventos del 6 de enero, lo que sugiere que él sabía que el estallido podía ser relacionado eventualmente con decisiones tomadas en la Casa Blanca.
Hutchinson dijo que fueron informados de que muchos seguidores de Trump frente a la Casa Blanca estaban armados y que el presidente quería que el Servicio Secreto los dejara entrar a su evento porque, según afirmó: "Ellos no están acá para herirme a mí".
Luego, Trump arengó a sus seguidores a que marchen al Capitolio, que estaba en plena sesión de certificación de los resultados electorales, diciendo que él los acompañaría. La ceremonia fue interrumpida temporalmente por la llegada de los insurrectos y la intensidad de la violencia desatada.
Meadows dijo después que era una "manera figurada de hablar" y que nunca estuvo planeado que Trump se acercara al Congreso. Sin embargo, según comunicaciones de seguridad, el Servicio Secreto estaba buscando rutas para llevar la caravana del presidente hasta el lugar.
Hutchinson dijo que le habían contado que Trump llegó a tener un forcejeo con los guardaespaldas cuando era claro que no lo llevarían al sitio.
La exfuncionaria indicó que el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, y otros miembros del equipo legal, ya le habían dicho a Trump que una movida de ese tipo podía interpretarse como un intento de interferir en el proceso de conteo y, ya con la violencia en marcha, como incentivo a una insurrección.
Según el recuento, Meadows le dijo a Cipollone que Trump no quería hacer nada para frenar la violencia.
Audiencia 7: El vínculo de amigos de Trump con los grupos extremistas
La séptima audiencia, el 12 de julio, reveló los vínculos entre el círculo de Trump y grupos de extrema derecha que estaban detrás del esfuerzo violento para detener la transición del poder.
El comité apuntó al tuit de Trump del 19 de diciembre sobre una "gran protesta" en la sesión conjunta del Congreso: "¡Estén presentes, será salvaje!". Detallaron que el tuit "sirvió como un llamado a la acción" especialmente "a los peligrosos extremistas de los Oath Keepers, los Proud Boys y otros grupos nacionalistas blancos".
Mostraron mensajes de Brad Parscale, exjefe de campaña de Trump, reconoció en privado que se sentía "culpable por ayudarlo a ganar" y creía que la retórica del expresidente tuvo el resultado mortal. Parscale también dijo que Trump estaba "pidiendo una guerra civil", según los mensajes de texto.
La audiencia reflejó cómo grupos ultraderechistas como los Oath Keepers y los Proud Boys se habían coordinado entre sí y cómo gente de confianza de Trump estuvo en contacto con ellos.
Por ejemplo, el exasesor de Seguridad Nacional de Trump Michael Flynn fue fotografiado fuera del Capitolio con miembros de los Oath Keepers. Asimismo, Roger Stone, amigo y excolaborador de Trump, usó un chat encriptado en un grupo llamado "Amigos de Stone" en el que participaban miembros de ambas organizaciones, Oath Keepers y Proud Boys.
Al final de la audiencia, Cheney reveló que Trump había tratado de llamar a un futuro testigo del comité y éste había alertado al Departamento de Justicia sobre la llamada. El comité ha dicho que personas en la órbita de Trump contactaron a testigos de maneras que podrían ser presiones inapropiadas o delitos.
Audiencia 8: siguió el asalto por TV y estuvo tres horas sin hacer nada
La octava y por el momento última sesión pública del comité señaló al expresidente por, tras haber convocado a la multitud a Washington DC y haber estado en un mitin en que los envía al Capitolio, haber permanecido durante 187 minutos sin hacer nada para frenar la violencia, viéndola por televisión.
Es más, pese a las peticiones de asesores, aliados y hasta familiares para que hiciera algo por apaciguar a la turba, Trump optó por echar más leña al fuego con un incenciario tuit en el que criticaba a Pence por no plegarse a su exigencia de impedir la victoria de Biden.
Pasaron más de tres horas desde que se fue del escenario en que arengó a sus partidarios a ir al Capitolio hasta que se publicó un video en que, expresando sus simpatías por los asaltantes, los llamaba a retirarse.
"Desde la comodidad de su comedor vio por televisión cómo el ataque escalaba", dijo el representante Adam Kinzinger, el otro republicano del comité y, como Cheney, fuerte crítico del expresidente.
"La conducta de Donald Trump durante el 6 de enero fue una violación suprema de su juramento y un completo abandono de sus deberes con nuestra nación", agregó. "Eligió no actuar", sentenció el congresista.
También testificaron dos funcionarios que dimitieron ante lo sucedido el día del asalto, el asesor de seguridad nacional Matthew Pottinger y la viceportavoz de la Casa Blanca Sarah Matthews, quien justificó su decisión ante el comité diciendo que 6 de enero de 2021 fue uno de los días más oscuros del país. "El presidente Trump lo estaba tratando como una ocasión para celebrar".
Además, se mostraron algunas tomas no publicadas del video que Trump grabó el 7 de enero. En ellas se ve cómo se niega a leer la parte del discurso que dice que perdió las elecciones: "No quiero decir que las elecciones ya concluyeron".
Aunque en principio esta iba a ser la última sesión prevista, Cheney afirmó que han recibido nuevas informaciones en semanas recientes y que nuevos testigos se han prestado a declarar, con lo que tras el verano se espera que continúen los trabajos.