Un grupo inversor de Miami, Florida, completó este miércoles la compra de Hotel Trump International de Washington DC, que para muchos fue símbolo de la inconveniencia de borrar la frontera entre la política y los negocios que caracterizó la presidencia de Donald Trump.
El Hotel Trump de Washington DC ya no es de Trump: quitan su nombre de la fachada
El inmueble ubicado muy cerca de la Casa Blanca, que arrendaba la Organización Trump, reabrirá próximamente como un hotel Waldorf Astoria. Pocas horas después de la transacción fueron retiradas las letras doradas que identificaban al edificio.

El inmueble es propiedad del gobierno federal, está ubicado a pocas cuadras de la Casa Blanca y era arrendado por la Organización Trump. Los nuevos arrendatarios, el grupo CGI Merchant Group anunció que reabrirá próximamente sus puertas convertido en un hotel Waldorf Astoria.
Tras cerrar la operación de compra, este mismo miércoles un equipo retiró por la noche las emblemáticas letras doradas del apellido Trump de la entrada del edificio histórico, que está protegido que imita un castillo medieval.
El hotel cinco estrellas fue inaugurado en septiembre de 2016, en plena campaña electoral, apenas dos meses antes de que Trump ganara las presidenciales ese año.

"El Trump International Hotel de Washington DC se ha convertido en uno de los hoteles más icónicos de todo el mundo", reivindicó la Organización Trump en un comunicado.
La compañía hotelera del expresidente afirmó que la venta tuvo "un resultado fantástico para ambas partes", si bien no detalló la cifra de la transacción, que según el periódico The New York Times fue de 375 millones de dólares.
Cuando en 2019 la empresa del magnate anunció su intención de traspasar el arriendo, asomó la cifra de $500 millones como objetivo, pese a que expertos inmobiliarios y de la industria hotelera consideraron que era una cifra excesiva.

Los problemas del famoso hotel Trump de Wasghinton
El hecho de que fuera operado por la empresa del entonces presidente Trump generó suspicacias entre quienes sostenían que algunos contrataban sus servicios como forma de congraciarse o acercarse al inquilino de la Casa Blanca. Desde embajadas, a empresas y hasta el Partido Republicano reservaron habitaciones o realizaron eventos en sus salas en los años de la presidencia del magnate inmobiliario.
También se convirtió en objetivo de los detractores del mandatario republicano, quienes escenificaron protestas ante sus puertas y originales manifestaciones con proyecciones en la fachada del inmueble denunciando supuestos abusos por parte de la administración.
La venta del hotel se anunció en noviembre del año pasado, pero estaba pendiente de la aprobación de la Administración General de Servicios (GSA, en inglés), ya que el inmueble era la antigua Oficina Postal, propiedad del Gobierno federal, que lo arrienda a privados.
En octubre pasado, un comité de la Cámara de Representantes presentó un reporte de la Administración de Servicios Generales en el que se indicaba que el hotel había recibido casi $4 millones en pagos de gobiernos extranjeros, algo que podría haber sido violatorio de la llamada Cláusula de Emolumentos, y que la operación arrojaba un pérdida de $70 millones, pese a que Trump siempre aseguró que el establecimiento era muy exitoso.














