Aborto, armas y religión: la Corte Suprema vuelve al trabajo con una agenda muy cargada y delicada

En un regreso a la actividad presencial tras la pausa del coronavirus, el Máximo Tribunal deberá encarar casos de alta carga política, en un momento en el que se cuestiona su balance ideológico y legisladores liberales pugnan por aumentar el número de magistrados para neutralizar la actual mayoría conservadora.

Video Aborto y porte de armas, entre las controversiales discusiones de la Corte Suprema esta semana

La Corte Suprema vuelve este lunes su actividad presencial tras 18 meses de gestión virtual forzada por la pandemia del coronavirus, en lo que promete ser un periodo controversial, plagado de temas divisivos como el aborto, las armas, derechos religiosos y pena de muerte. Todo, en medio del cuestionamiento en algunos sectores a la composición ideológica del alto tribunal que cuenta con una mayoría de magistrados conservadores.

Los casos de más alta carga política pondrán a prueba el liderazgo del presidente de la Corte Suprema, magistrado John Roberts, quien ahora flanqueado por cinco jueces a su derecha y tres a su izquierda, y con ello perdió la capacidad de actuar como balanza en algunas decisiones.

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En un momento en el que los jueces se han puesto a la defensiva sobre su imparcialidad, una encuesta realizada por Gallup el mes pasado reveló que solo el 40% de los estadounidenses aprueba el trabajo del tribunal, el porcentaje más bajo desde el año 2000, cuando Gallup planteó la pregunta por primera vez (cuando un 60% lo aprobaba y un 29% lo rechazaba).

La jueza conservadora Amy Coney Barrett, nombrada por el entonces presidente Donald Trump poco antes de las elecciones presidenciales de 2020, dio al tribunal una holgada mayoría de 6 a 3.

En una audiencia en Kentucky el mes pasado, Barret manifestó: "mi objetivo hoy es convencerles de que este tribunal no está compuesto por un grupo partidista". Otros jueces han insistido en que sus fallos no estaban motivados por sus preferencias políticas.

En los últimos meses, la mayoría conservadora del alto tribunal ha rechazado medidas de Joe Biden en materia de asilo y la suspensión de desalojos por la emergencia de la pandemia.

Además, permitió que entrara en vigor la polémica ley de Texas que prohíbe la mayoría de los abortos después de las seis semanas de embarazo, rompiendo con la costumbre de dejar en suspenso leyes que pueden afectar derechos constitucionales hasta que el fondo de la misma sea debatido. En la votación Roberts se unió al lado de los jueces que manifestaron su disenso.

En el Congreso, muchos legisladores demócratas dudan del 'equilibrio' de la Corte y han pedido modificaciones legales que permitan añadir más asientos al tribunal para, en su opinión, restaurar el llamado balance ideológico perdido tras la muerte de la jueza Ruht Bader Ginsburg.

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Una comisión presidencial está recogiendo testimonios sobre el poder del tribunal y las propuestas para ampliar su composición, limitar la permanencia vitalicia de los jueces y exigir más transparencia. El próximo mes la comisión debe presentar un informe al presidente Biden.

Además, es posible que se acerque el momento de otro cambio en la corte: el juez Stephen G. Breyer, de 83 años, nominado por el presidente Bill Clinton, se enfrenta a una creciente presión para retirarse, aprovechando que hay un demócrata en la Casa Blanca que puede nombrar a un sustituto que apuntale el campo progresista.

Un juez positivo en covid-19

Los jueces se reunirán en persona para los argumentos este lunes, aunque el juez Brett Kavanaugh, el segundo que designado por Trump, participará a distancia desde su casa después de dar positivo en la prueba de covid-19 a finales de la semana pasada. Kavanaugh, que fue vacunado en enero, no muestra síntomas, dijo el tribunal. Todos los demás jueces también han sido vacunados.

El tribunal permanece cerrado al público. Solo estarán presentes los abogados que intervienen en los casos y los periodistas que cubren regularmente la actividad, y cualquier persona que no esté en el uso de la palabra tendrá que llevar mascarilla. La corte también exige que los abogados y los periodistas que quieran estar en la sala muestren una prueba negativa de covid-19.

Los abogados que den positivo podrán presentar sus argumentos por teléfono, dijo el tribunal. Esa es la forma en que los abogados habían estado argumentando ante el tribunal debido a la pandemia.

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El público seguirá pudiendo escuchar los procedimientos en directo, otro cambio realizado durante la pandemia, pero el lunes será la primera vez que se podrá escuchar el audio en directo de los procedimientos de la sala, a través de un enlace en la página web del tribunal.

La vuelta a la sala de vistas hace mucho menos probable que se produzcan ruidos extraños, como el sonido de una cisterna de inodoro que se pudo escuchar durante una discusión el año pasado.

Los casos del lunes no se encuentran entre las esperadas disputas que el tribunal arbitrará en esta legislatura. Uno de los casos es una lucha entre Mississippi y Tennessee por el agua de un acuífero subterráneo que se encuentra bajo partes de ambos estados. El otro tiene que ver con una sentencia mínima obligatoria de 15 años de prisión para un hombre con antecedentes penales que fue condenado por tener un arma. La ley federal impide a los delincuentes poseer armas de fuego.

Estos son tres de los principales temas que debatirá la Corte Suprema en esta etapa: