Oklahoma comenzará a usar gas nitrógeno para sus ejecuciones, algo que no tiene precedentes

Ese método se había aprobado como una opción alternativa en 2015, pero hasta el momento no había sido utilizado. La decisión de comenzar a emplear el gas se debe a la falta de los compuestos de la inyección letal para aplicar la pena capital.

El habitáculo en donde se aplican inyecciones letales en la prisión estatal de San Quentin, en California.
El habitáculo en donde se aplican inyecciones letales en la prisión estatal de San Quentin, en California.
Imagen AP Photo / Eric Risberg

El estado de Oklahoma anunció este miércoles que utilizará gas nitrógeno para ejecutar a los condenados a muerte, como una solución a las dificultades que han tenido los estados para obtener los compuestos de la inyección letal tras una serie de denuncias de ejecuciones fallidas.

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"Optamos por este método porque está claro que los estados en todo el país enfrentan grandes dificultades para obtener las sustancias para las inyecciones letales", explicó en una rueda de prensa el fiscal general del estado, Mike Hunter.

Oklahoma había planteado en 2015 este método como una alternativa luego de que las farmaceúticas se negaran a vender sus productos a las prisiones estadounidenses. Sin embargo, el anuncio realizado por el fiscal y el director de prisiones, Joe M. Allbaugh, es preliminar, pues aún no han explicado cuál será el protocolo para el uso del gas nitrógeno en la aplicación de la pena capital.

Este anuncio de Oklahoma suena como una de las medidas más dramáticas entre una serie de estrategias que varios estados llevan adelante para poder concretar las condenas.

Viejos y nuevos cuestionamientos

Desde hace más de tres años, Oklahoma no aplica la pena de muerte con inyección letal tras distintos procesos fallidos. Uno de los que más conmocionó al país fue el de Clayton Darrell Locket, un condenado a muerte por el asesinato de una joven de 19 años en 1999. Luego de que le aplicaron el coctel letal la noche del 29 de abril de 2014, tardó 40 minutos en morir y durante ese tiempo se retorció, gritó y convulsionó. Una investigación sobre el caso reveló fallas en la toma de la vía intravenosa por la que le suministrarían los fármacos por lo que se encontró "una gran concentración" del sedante midazolam en el tejido contiguo.


La muerte de Charles Warner, cuya ejecución estaba programada para el mismo día que la de Lockett se pospuso hasta enero de 2015 luego de la conmoción por la muerte de Locket y también estuvo bajo escrutinio. En total, duró 18 minutos y al final al reo se le escuchó gritar que sentía fuego en su cuerpo. Después, los funcionarios reconocieron que habían usado la droga incorrecta, algo que revelaron luego de que tuvieron que cancelar otra ejecución porque también tenían el medicamento equivocado.

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La investigación hizo que varios funcionarios prominentes dimitieran por la confusión de drogas. Y, de algún modo, hizo que Oklahoma, que llevó a cabo al menos una ejecución cada año entre 1995 y 2015 no ejecute a nadie más desde entonces.

"Las ejecuciones son la aplicación más profunda del poder del Estado. Creo en la justicia para las víctimas y sus familias (...) El uso de un gas inerte será eficaz, fácil de administrar, fácil de obtener y no requiere procedimientos médicos complejos", dijo el fiscal Hunter en un comunicado citado por The Washington Post al volver sobre la idea del nitrógeno.

Uno de los legisladores estatales que patrocinó en 2015 el proyecto de ley de Oklahoma para utilizar este gas dijo que el nuevo método implicaría que un recluso inhale solo nitrógeno sin oxígeno. Según explicó, llevaría al condenado a perder el conocimiento en 10 segundos y morir en cuestión de minutos. Como 'ventaja' los defensores de este método dicen que un análisis financiero describió el proceso como muy económico por constar solo de una máscara de gas y un contenedor de nitrógeno.

Sin embargo, ningún estado ha empleado la inhalación de nitrógeno anteriormente para ejecuciones, por lo que los abogados de los condenados a muerte ahora cuestionan este método con tanta fuerza como lo han hecho con la inyección letal.

"¿Quiénes son los expertos en nitrógeno (...) que han sido consultados? ¿Cuáles son los estudios hechos por el estado para garantizar la seguridad y legalidad de este nuevo procedimiento?", preguntó el defensor Dale Baich, citado por la agencia AFP.

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Si bien la pena de muerte parece mostrar un declive en los últimos años, los estados que quieren continuar con la práctica se encuentran con obstáculos como la escasez de químicos letales. Es por eso que este movimiento de Oklahoma hacia el gas nitrógeno es una solución más a esa escasez. Florida buscará, por ejemplo, el uso de nuevas drogas, mientras que Tennessee quiere volver a la silla eléctrica y Utah al pelotón de fusilamiento.