Un juez de Arkansas bloqueó este viernes el uso del bromuro de vecuronio, el compuesto de la inyección letal que frenaría la respiración de seis presos cuya ejecución estaba programada en un tiempo récord de 11 días a partir del lunes.
Un juez impide a Arkansas el uso de un compuesto de la inyección letal para ejecutar a seis presos en 11 días
Una proveedora de medicinas le dio un giro inesperado a estas ejecuciones. Argumentó que no vendió el fármaco para ser usado como parte del cóctel de la muerte y con eso frenó temporalmente la ejecución de seis reos que ocurrirían consecutivamente a partir del lunes.

La decisión –temporal– del juez Wendell Griffen ocurre tras un pedido de la proveedora McKesson, que argumentó que al vender el fármaco pensó que sería utilizado con propósitos médicos. La compañía, según reporta la agencia AP, incluso pidió a Arkansas la devolución de la droga e hizo un reembolso del costo que fue pagado por ella.
El bromuro de vecuronio es el segundo compuesto que se aplica en el cóctel de tres sustancias para acabar con la vida del condenado a muerte.
El bloqueo le da un giro inesperado a estas ejecuciones, que se esperaba que fueran frenadas pero por otra polémica droga: el Midazolam, el sedante con el que se duerme a los reclusos y ha sido criticado por los opositores a la pena de muerte, que aseguran que no cumple con sus fines anestésicos y expone a los ejecutados al sufrimiento hasta que se les detiene el corazón.
Las críticas por el uso del sedante arreciaron tras la ejecución fallida de Clayton Lockett en Oklahoma.
El polémico midazolam
Clayton Lockett sufrió hasta las 7:06pm del 29 de abril de 2014, cuando fue declarado muerto. El cóctel que le inyectaron durante su ejecución arrancó con midazolam, el poderoso sedante que lo dejaría inconsciente. Pero la droga no lo durmió por completo y aún así el proceso continuó. "¡Man!", gritaba el hombre de 38 años mientras gemía y se retorcía del dolor. Pasaron 40 minutos de sufrimiento hasta que su respiración se detuvo y murió de un ataque al corazón.
Esa que falló en el caso de Lockett, es la misma droga que el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, ordenó utilizar en las ejecuciones de seis condenados a muerte que arrancarían este lunes, pero que fueron frenadas por la orden de un juez a última hora este viernes.
Ya habían sido criticadas porque no se realizarán en el plazo de meses o semanas, que es lo normal en Estados Unidos. También porque Arkansas no ha realizado ejecución alguna desde 2005 y en estas, los seis recibirían la inyección letal en apenas 11 días –entre el 17 y el 27 de abril– , a un ritmo nunca antes visto en el país desde que se instauró la pena de muerte en 1977, según la organización no partidista Death Penalty Information Center.
Ni siquiera Texas, que lleva el récord de ejecuciones (542 acumuladas desde 1976), había estado cerca: en 1997 mató a ocho personas, pero en un mes.
¿La razón de la prisa en Arkansas? Hutchinson quería acabar con un lote de midazolam que expira este 30 de abril. Planeaba usarlo a pesar de que este sedante ha sido directamente relacionado con al menos cuatro ejecuciones fallidas desde 2014 y en medio de una escasez de sedantes para ejecuciones por la negativa de las farmaceúticas de que sus medicinas sean usadas para estos fines.
En un comunicado, Brian Stull, jefe del proyecto de Pena Capital de la Unión de Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) explica que en los hospitales es utilizado para calmar los nervios de los pacientes o para intervenciones menores: "No para someter a los pacientes a una cirugía mayor y mucho menos para anestesiar a los presos antes de matarlos", escribió Stull. "Y cuando se combina con las otras dos drogas usadas en ejecuciones produce un dolor inexplicable antes de la muerte".
Por eso, estados como Florida, Kentucky y Arizona dejaron de utilizarla como parte de la mezcla de la muerte en sus prisiones.
Y aunque justo después de la ejecución de Lockett venía de inmediato una más, el desastre fue tal que Oklahoma la canceló. Fue la última vez que agendaron dos muertes por inyección letal con midazolam para el mismo día.
El estrés de las dobles ejecuciones
En una cámara de la muerte sienten estrés quienes mueren y quienes matan. Y en las seis ejecuciones que ocurrirían en el centro Varner del Departamento de Correccionales de Arkansas (DCA) algunas cosas podrían fallar, según una demanda que interpusieron los condenados a muerte ante la Corte del Distrito Este de Arkansas y a la que Univision Noticias tuvo acceso.
"El ritmo acelerado aumenta el riesgo de errores", se lee en el documento. Los abogados recalcan que la presión de los oficiales es alta cuando saben que tienen dos ejecuciones el mismo día y cinco más –una detrás de la otra– en una semana.
La demanda de los prisioneros –de unas 81 páginas– critica además que el midazolam haya perdido su efecto sedativo por la cercanía a su fecha de expiración. "Asumiendo que pueda dar anestesia general por completo, usarlo tan cerca de su vencimiento genera un riesgo sustancial de que se reduzca su eficacia y por consiguiente los demandantes sufran un dolor intolerable durante la aplicación de la segunda y la tercera droga" del letal cóctel, se lee.
También cuestionan que el protocolo del DCA para inyecciones letales es "vago" y no exige a los responsables de las ejecuciones "criterio profesional" para tomar venas, verificar que las drogas actúen correctamente y ni siquiera para inyectarlas. Tampoco es mandatoria la presencia de un profesional.
"Es una tortura"
Este viernes por la tarde, una muchedumbre se reunió a las puertas del edificio del Capitolio de Arkansas para pedir el fin de la pena de muerte. Llevaban afiches con los rostros de quienes serán ejecutados y sus fechas: "Gobernador Hutchinson, no lo haga", se leía en una de las pancartas.
Pero hasta el momento, el gobernador no ha puesto freno al apresurado calendario que anunció recién en marzo. Una lista que comenzó con ocho ejecuciones se ha reducido a seis: a principios de marzo, el Consejo de Libertad Condicional de Arkansas recomendó clemencia para Jason McGehee; y este viernes por la noche, la Corte Suprema estatal frenó la ejecución de Bruce Ward, que estaba prevista para el mismo lunes.
Rita Sklar, directora ejecutiva de ACLU en Arkansas, considera que, tal como las previeo Hutchinson, estas ejecuciones "destruyen la humanidad, el sentido del acceso equitativo a la justicia y nos hace ver como malas personas", dijo a Univision Noticias.
"El tiempo en que fueron agendadas les acorta el acceso a sus abogados, pues cuando a un cliente lo están ejecutando otro cliente podría estar tratando de contactarlo" para conversar sobre sus pedidos de clemencia que podrían resolverse en horas.
Para Sklar, la decisión del gobernador genera un "riesgo para la justicia' y un "vacío" en el proceso.
Además, considera que el uso de un sedante que "genere dolor es una tortura", asegura. "La inyección letal es una barbarie innecesaria y costosa (...) Los Estados Unidos tiene esta mentalidad vaquera sobre la justicia, piensan en la justicia como una revancha y no es para eso que está hecho el sistema de justicia criminal".
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