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Mara Salvatrucha

37 cadenas perpetuas contra la MS-13 en 4 años: la cuestionada política de Trump para “destruir” a la pandilla

El presidente le declaró la guerra a la Mara Salvatrucha desde el segundo mes de su gobierno, lo que ha derivado en más de 2,000 arrestos, 300 condenas criminales y varias deportaciones. Pero expertos reclaman que esas acciones solo atizan las causas del éxodo de migrantes desde Centroamérica.
6 Dic 2020 – 10:45 AM EST
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Jorge Palacios, un pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13) que se volvió informante del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y recibió un pago de $126,000 por ese servicio, entró cabizbajo a una sala de la Corte Superior de Los Ángeles el 21 de junio de 2019. Llevaba más de un año esperando a que un juez lo condenara por ordenar el secuestro, violación y asesinato de una niña de 13 años en 2001.

Se esperaba que la sentencia fuese dura y eso fue lo que ocurrió: un magistrado le ordenó pasar el resto de su vida tras las rejas sin posibilidad de libertad condicional. Por si no fuese suficiente, le agregó 25 años más a la condena por la muerte de la adolescente Jacqueline Piazza, cuyo cuerpo desnudo y con dos tiros en la cabeza fue encontrado en Elysian Park hace 19 años.

Castigos tan severos como el que recibió Palacios se volvieron cotidianos en la administración de Donald Trump. De acuerdo con un informe del Departamento de Justicia (DOJ), jueces federales les impusieron cadenas perpetuas a 37 miembros de la MS-13 entre 2017 y el 21 de octubre pasado.

En 2016, el último año de la presidente de Barack Obama, ningún pandillero de la Mara fue obligado a permanecer en una prisión hasta morir. Pero en el año siguiente, ya bajo el gobierno de Trump, 14 miembros de ese grupo delictivo recibieron una condena a cadena perpetua. En 2018 fueron 9; en 2019 hubo 8 y este año van 6, según el informe de la Fiscalía federal.

La era Trump registra además un número mayor de castigos a más de 5 años de cárcel: 154 casos. Esto lo coloca como uno de los grupos delictivos que han sufrido más embates de la justicia estadounidense, más que otras pandillas y organizaciones dedicadas al tráfico de droga.


Un mes después de llegar a la Casa Blanca, el presidente le declaró la guerra a la MS-13. En sus discursos arremetió contra la pandilla llamando “animales” y “enfermos” a sus integrantes, y advirtiendo que son un peligro para la seguridad nacional. Les catalogó como una de las cinco amenazas que enfrenta este país, colocándoles a la par de terroristas y carteles de la droga.

Aunque expertos critican que así justificó su fallida promesa de construir un muro fronterizo.

“El enfoque del presidente Donald Trump contra la MS-13 es porque es el grupo más vulnerable que puede perseguir. Sabe que al demonizarla ninguna organización proinmigrante saldrá a defenderla. Y cuando cumplen las sentencias los deportan, eso no lo puede hacer a pandillas como los Crips y los Boods”, dice Alex Sánchez, un exmiembro de la MS-13 que ahora es director de Homies Unidos, un grupo que se enfoca en actividades para reintegrar a expandilleros a la sociedad.

Las cifras del Departamento de Justicia revelan que, desde 2016, el 74% de los mareros detenidos eran indocumentados. Solo el 8% tenía ciudadanía estadounidense, los únicos que evitarían la deportación.

Si bien desde la década de 1990 las expulsiones masivas han sido la principal arma de Estados Unidos para golpear a la MS-13, debido a esas acciones la pandilla echó raíces en el triángulo norte de Centroamérica y su violencia allá se volvió una de las causas por las cuales se han organizado caravanas migrantes desde aquella región.

“Es un ciclo de desplazamiento y en los países de origen de estos pandilleros no hay programas de prevención. Allá también hay mano dura, repitiendo lo que hace Estados Unidos. A los deportados no les queda otra opción más que sobrevivir de la manera como saben hacerlo”, dijo Sánchez a este medio.

Condenas a muerte y cargos de terrorismo

La estrategia de Trump en contra de esta pandilla incluyó establecer un equipo policial que se dedicara exclusivamente a “destruirla”, mientras apoyaba las operaciones de las autoridades para arrestar a los cabecillas más peligrosos en México y en Centroamérica. Con ese fin, el DOJ creó en agosto de 2019 la llamada ‘Fuerza de Tarea Conjunta Vulcan’, que afirma haber "degradado significativamente las capacidades" de dicha banda.

A principios de 2019, oficiales de unidades antipandillas que estaban en Centroamérica acudieron a la frontera entre México y California para verificar que ningún solicitante de asilo que había llegado en las caravanas migrantes fuese un integrante de la MS-13, según reporta el DOJ. Al menos 30 personas que entrevistaron fueron identificadas como “afiliadas a pandillas”.

A un mes de que concluya la presidencia de Trump, las estadísticas subrayan que el mandatario fue más allá de la retórica y las intenciones: en cuatro años procesaron a 644 miembros de la Mara y más de 300 ya fueron condenados. Es el resultado de más de 2,000 arrestos que en los últimos tres años hicieron agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en todo el país, informó Trump en julio.


Entre los mareros que esperan un juicio hay dos que enfrentarían la pena de muerte. Uno de ellos es Alexi Sáenz, apodado ‘Blasty’ y ‘Big Homie’. Este cabecilla de la clica Sailors Locos Salvatrucha Westside es acusado de asesinar a machetazos y batazos a dos adolescentes en Long Island en 2016, durante una ola de ataques brutales que efectuó la banda en esa zona hispana de Nueva York.

La Fiscalía estadounidense también presentó por primera vez cargos de terrorismo contra uno de los líderes de la MS-13, Armando Eilú Melgar Díaz, alias ‘Blue’ y ‘Clipper’, quien desde El Salvador supuestamente controlaba a pandilleros en Estados Unidos, México y Guatemala.

“Era la persona que daba la luz verde a los asesinatos en Estados Unidos. Las solicitudes de asesinatos llegaban a El Salvador y él las aprobaba”, describió el fiscal general William Barr en una conferencia este verano.

Melgar Díaz, de 30 años, enfrenta ocho cargos criminales, incluyendo conspiración para participar en una empresa de crimen organizado, brindar apoyo material a terroristas y matar o mutilar a personas fuera de Estados Unidos. Lo arrestó la policía salvadoreña en 2018 y espera su extradición.

Ocho años de persecución

Traer a quienes se involucraron en crímenes de carácter transnacional fue otra acción de este gobierno. El informe del DOJ señala que desde 2016 el gobierno de El Salvador ha extraditado a 13 mareros, el de Honduras a 20 y el de Guatemala a 35.

Mientras que una unidad especial del servicio de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), que es parte de ICE, ha participado en el arresto de 177 pandilleros de la MS-13 en El Salvador y en la apertura de unos 50 casos criminales en México y Centroamérica, reporta el Departamento de Justicia.

Trump arremetió contra sus predecesores por no haber logrado que en Centroamérica aceptaran a pandilleros deportados por lo que el llamaba falta de cooperación, lo cual es impreciso. “En administraciones anteriores, El Salvador, Honduras y Guatemala no cooperaban con Estados Unidos (…) Los regresaban y decían: ‘no los vamos a tomar’”, reclamó el presidente en julio.

Sánchez, de Homies Unidos, explica que desde la década pasada Estados Unidos tiene carta abierta para golpear a la MS-13 en el extranjero. “Los elementos para ir detrás de esta pandilla están desde 2012, cuando la nombraron como una organización criminal transnacional”, mencionó.

“Siguen siendo muy violentos”

Uno de los reveses más recientes que sufrió la Mara ocurrió este verano, cuando decenas de agentes arrestaron a 17 pandilleros en California y Nevada. En ese operativo incluso se usó vigilancia aérea. Trece detenidos enfrentan cargos de violación del estatuto federal ‘Kingpin’, que se impone a los peces gordos del crimen organizado, así como múltiples delitos relacionados con armas y narcotráfico.


La acusación federal alega que transportaron grandes cantidades de metanfetamina desde Los Ángeles a Las Vegas. Señala a tres violentos líderes de las clicas Hollywood Locos y Fulton: Adalí Arnulfo Escalante Trujillo, alias ‘Buchaca'; Jose Alfredo Ayala Flores, apodado ‘Blackie’; y Álvaro Ernesto Pérez Carias, mejor conocido como ‘Toro’.

Los fiscales afirman que Escalante Trujillo es uno de los jefes de la pandilla en Las Vegas y tenía relación con uno de los fundadores de la Mara en El Salvador. “Él se jactó de que la MS-13 había llegado a trabajar con casi todos los cárteles mexicanos”, señala un comunicado de ICE.

Reportes de inteligencia advierten que han distribuido droga del Cartel de Sinaloa y de Los Zetas, con el apoyo de sus 10,000 miembros en Estados Unidos y varios miles más en el mundo.

David A. Prince, director de la oficina del Servicio de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Los Ángeles, dijo en una entrevista reciente con Univision Noticias que, si bien esta pandilla sigue creciendo en este y otros países, no ha escalado tanto en el mundo criminal.

“No son tan fuertes para ser considerados un cartel de drogas, pero por sus crímenes los comparo con el grupo terrorista ISIS (Estado Islámico)”, dijo Prince. “Siguen siendo muy violentos”, advirtió.

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