Al menos una nueva caravana de migrantes que se encontraban frenados en Tapachula esperando visas humanitarias inició el recorrido hacia el norte de México con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos, donde pretende cruzar para pedir asilo.
Nueva caravana de migrantes sale de Tapachula rumbo a Estados Unidos
Desesperados por la falta de respuesta del gobierno mexicano, esta vez los inmigrantes parecen haberse organizado solos y emprenden caminata hacia Ciudad de México y luego a la frontera sur de EEUU para pedir asilo.Piden permiso para transitar legalmente por el territorio mexicano sin riesgo de ser deportados.

El grupo está integrada principalmente hondureños y venezolanos, según reportes de medios locales e internacionales.
Entre 3 mil y 5 mil migrantes, en su mayoría venezolanos, salieron el viernes desde la fronteriza Tapachula, Chiapas, con destino al Distrito Federal (capital), y ver si en el camino las autoridades federales mexicanas les ofrecen visados humanitarios o libre tránsito para que prosigan viaje al norte, reporta Deutsche Welle en su página en español.
"La marcha no quiere permisos de 30 días, no queremos visa humanitaria, queremos que las organizaciones y el gobierno mexicano nos habiliten un corredor humanitario para llegar al norte", dijo ante la multitud el venezolano Jonathan Ávila, uno de los que encabeza la movilización, agrega la nota.
En su mayoría, los integrantes del grupo son migrantes originarios de Centroamérica (Honduras y El Salvador), señala un reporte de la Agencia Española de Noticias EFE.
A diferencia de otras caravanas que han salido de Tapachula, esta vez la encabezan los propios migrantes, muchos de los cuales lograron cierta experiencia en otros fallidos intentos que fueron detenidos por las autoridades federales mexicanas y regresados a Tapachula a esperar la resolución de sus casos de asilo y refugio.
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“Pura desesperación”
“Esto es pura desesperación”, dice Irineo Mujica, director de Pueblo Sin Fronteras, organización que ha organizado varias marchas el año pasado y este año para presionar al gobierno de México a otorgar permisos humanitarios y asilos. “La gente ya no aguanta la espera por permisos de trabajo y se lanza a las calles”.
El activista reiteró que muchos de los más de 30,000 migrantes que se estima permanecen en Tapachula, “están casados de las promesas del gobierno (de Andrés Manuel López Obrador) de que les van a dar asilos y permisos de trabajo. Llevan esperando 6, 8 y más meses y nada. Tienen necesidades, hambre y quieren trabajar. Por eso se organizan y salen. En el camino esperan que les den permisos”.
La caravana anterior que salió de Tapachula el 6 de junio, integrada por unos 13,000 migrantes, la mayoría venezolanos, avanzó unos 13 kilómetros en cinco días, al término de los cuales unos 11,000 consiguieron un “permiso de tránsito por 30 días”, dijo Luis García Villagrán, director de la Organización por la Dignificación Humana, uno de los organizadores de la caminata.
A la pregunta por qué el gobierno de México no les otorga los permisos cuando están en Tapachula y de esa forma evita exponer a los migrantes a peligros innecesarios en la carretera, Villagrán dijo que “no tenemos respuestas para eso”.
Mujica, por su parte, explicó que las autoridades mexicanas “usan las caravanas como válvula de escape para bajar la presión y deshacerlas. Así poco a poco van desarmando este éxodo que no termina”.
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Están desesperados
El diario La Razón de México dijo que la caravana inició el viaje luego que las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) de México les impidiera la regularización, misma denuncia que mencionan los activistas.
García Villagrán confirmo a medios locales que no encabeza esta nueva caminata. A comienzos de semana, el activista dijo a Univision Noticias que, tras la última caravana, el gobierno abrió en su contra varias carpetas (investigaciones) y que por ese motivo no está participando en este tipo de eventos.
“Los vimos (dijo en referencia a agentes federales estadounidenses encubiertos en la caravana anterior). Caminaron todo el tiempo junto a nosotros, haciéndose notar, hablando con la gente, infundiendo temor en las personas que marchaban”.
A la pregunta cómo supo que se trataba de agentes federales estadounidenses quienes marchaban con la caravana, García explicó que “durante todo el trayecto de unos 40 kilómetros desde el Parque Bicentenario de Tapachula hasta las afueras de Huixtla, donde se desarticuló el movimiento, “ellos mismos nos dijeron quiénes eran. Primero pensábamos que se trataba de periodistas porque nos fotografiaban, pero después supinos de quiénes se trataba”.
“Uno de ellos incluso me dijo que estaban muy pendientes de lo que estaba haciendo y que el gobierno de México tenía cinco carpetas abiertas (investigaciones) en mi contra, una de ellas por agresiones a la Guardia Nacional y otra por enriquecimiento ilícito”, señaló.
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La ‘Operación Sting’
Los agentes mencionados por el activista forman parte de la ‘Operación Sting’, una estrategia secreta que el gobierno de Joe Biden venía desarrollando desde hace varios meses en el continente y que recién se conoció a finales de la Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California.
Bautizada con el nombre de ‘Sting’ (aguijón o picadura), está liderada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la integran 1,300 personas (entre agentes, empleados y oficiales) en toda la región. Y se han invertido hasta el momento “más de $50 millones para apoyar estas actividades”, revela la nota de prensa.
El gobierno asegura que hasta fines de mayo los esfuerzos han producido aproximadamente 20,000 acciones de interrupción total que incluyen: arrestos y enjuiciamientos, incautaciones de propiedades como casas y vehículos utilizados para esconder y contrabandear personas e investigaciones criminales.
Según analistas del DHS, estas acciones han llevado “a que 900 migrantes menos lleguen a la frontera suroeste (Estados Unidos-México) cada día”.
La Casa Blanca sostiene que “apenas estamos comenzando” y señala que “Estados Unidos buscará ampliar los esfuerzos con otros gobiernos de la región para mejorar el intercambio de información, desarrollar capacidades y avanzar en las investigaciones criminales”.
Mujica dijo que el futuro de la nueva caravana es incierto y advirtió que “Estados Unidos no dejará que se acerque a su frontera”.
El INM dijo en su cuenta de la red social Twitter que sigue trabajando para “enriquecer estrategias de atención en beneficio de las personas migrantes, desde una perspectiva humanista y con enfoque de derechos humanos”, pero sin esclarecer las causas de las demoras en el procesamiento de solicitudes de asilo en Tapachula.





















