Una menor es deportada rápidamente a Guatemala a pesar de llevar pruebas de un presunto intento de agresión sexual en su casa

Marjory* tiene solo 15 años y a principios de noviembre pasado salió sola huyendo de su casa en Chiquimula, Guatemala, donde habría sufrido varios intentos de agresiones sexuales, con la idea de llegar al condado de Cumberland, Pennsylvania, donde radica Genry, su padre.

Al departamento de Chiquimula y al condado de Cumberland los dividen 3,153 millas, unas 60 horas de recorrido por tierra. De su peligroso viaje, Marjory no notificó ni a su madre, con quien vive en Guatemala, ni a su padre, quien no pudo alertar a su hija de lo que podría encontrar en el camino: secuestros, extorsión y violencia.

La advertencia parece que no habría detenido las intenciones de Marjory de llegar a Estados Unidos porque su miedo a quedarse en Guatemala era más grande que el de ponerse en marcha.

Desde hace un tiempo, cuenta vía telefónica a Univision Noticias desde Harlingen, Texas, la abogada Thelma García, quien lleva el caso en Estados Unidos, la menor asegura haber sufrido varios intentos de agresión sexual de parte de su padrastro con quien, junto a su madre, vive en Chiquimula.

Al partir de su casa, la joven llevó con ella una denuncia judicial firmada por una jueza de paz guatemalteca en la que se describía los supuestos intentos de abuso de parte de su padrastro y que esperaba le ayudara a conseguir refugio en Estados Unidos.

Luego de cruzar México y llegar a la frontera, el 11 de noviembre Marjory fue detenida por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE en inglés). En ese momento, no le permitieron presentar la evidencia que llevaba a un juez de inmigración, un oficial de asilo o un abogado. En su lugar, fue detenida brevemente y puesta en un vuelo de regreso a Guatemala.

Según aclara la abogada García, de haber podido presentar la prueba que llevaba con ella, Marjory habría podido aplicar para una visa humanitaria como joven inmigrante que sufrió abuso, negligencia o abandono. Habría sido transferida a un refugio para menores como señala la ley publicada en 2008. Además, su padre habría podido patrocinarla para que pudiera vivir con él mientras se revisaba su caso de inmigración.

Sin embargo, cuenta García, a Marjory le fue aplicado el Título 42 de la Ley de Inmigración que agiliza la deportación de personas en cuestión de días. Marjory es una de las más de 270,000 expulsiones que las autoridades fronterizas de Estados Unidos ha realizado desde marzo, que incluye a menores no acompañados, según cifras del gobierno.

A pregunta expresa de si las autoridades migratorias de Estados Unidos están tomando la pandemia de covid-19 como pretexto para deportar a personas solas o acompañadas, García considera que sí. “Esa es la excusa que usa el gobierno por cual los deporta, por medio de la pandemia para que no vengan a contagiar por acá. No les dan sus derechos”, asegura.

“Para el gobierno de Trump no hay derechos para estas personas bajo la Constitución. Son leyes que nuestro gobierno mismo ha violado no dándoles sus derechos a ellos”, sostiene.

Según ha señalado la administración del presidente Donald Trump, la presencia de migrantes en las instalaciones de detención podría provocar brotes de coronavirus, poner en peligro a los agentes fronterizos y ejercer más presión en los hospitales del país.

“Lo que estamos haciendo varios abogados y varias organizaciones es poner demandas para que se ejerzan estos derechos para la gente. Por eso es que muchos niños y otras gentes se han podido amparar con esas leyes que los jueces determinan que el gobierno está violando”, explica García.

Marjory está ahora fuera de Estados Unidos. Su abogada dice que será muy difícil traerla de vuelta al país para seguir el procedimiento de asilo, pero que harán todo lo posible para lograrlo.

(*): Hemos dado un nombre ficticio en nuestra nota para resguadar su identidad por ser una menor de edad.

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