Desde huellas hasta escaneo del iris: la Patrulla Fronteriza aumenta los procedimientos para identificar a niños migrantes

La Patrulla Fronteriza (CBP) decidió aumentar las medidas para identificar a niños menores de 14 años que llegan a la frontera para asegurarse de que vienen con sus familiares y no con traficantes, dijo la agencia en un comunicado compartido con Univision Noticias.
Esto incluye la toma de las huellas de los 10 dedos de las manos de los niños en custodia — hasta ahora se hacía solo con el dedo índice— cuando las autoridades sospechen que son víctimas de tráfico humano, que el adulto con el que llegan no es su padre o que el menor pueda estar involucrado en crímenes graves.
"La Patrulla Fronteriza tomará los datos biométricos tras un análisis caso por caso", se lee en la respuesta de CBP. Los agentes podrían también tomar fotografías y escanear el iris del ojo del menor para poder identificarlo en el futuro.
La agencia justifica la medida al asegurar que en lo que va de este año fiscal (de octubre de 2018 a marzo de 2019) sus funcionarios han identificado a más de 2,700 personas en la frontera que dicen ser parte de una familia y luego se comprueba que no. "Esto incluye a individuos que aseguran ser niños viajando con un padre, pero que luego se determina que tienen 18 años o más, o a individuos que no tienen ninguna relación con la unidad familiar".
La cifra es mínima si se pone en perspectiva con las 189,584 unidades familiares que fueron arrestadas en la frontera sur en ese periodo.
Antes, no se tomaban las huellas dactilares de niños menores de 14 años, pues es hasta esa edad cuando se forman completamente. Lo que sí se hacía ocasionalmente eran fotografías y se recababan datos de los menores. En todos los casos, los padres debían —y deben— presentar documentos para demostrar la paternidad (incluidas partidas de nacimiento y pasaporte), que son cotejados con protocolos del Departamento de Estado.
Y aunque aún no ha sido implementado, CBP asegura que están evaluando otras herramientas para la protección de los menores, como las pruebas de ADN. Dicen que hasta ahora no se ha realizado la primera.
"Los errores son un problema"
El abogado de inmigración Ezequiel Hernández está a favor de que se demuestre la paternidad de una persona que entra a Estados Unidos para evitar el tráfico de menores, algo que reconoce pasa en la frontera. Pero duda cuando CBP anuncia políticas de este tipo, como de toma de huellas o la posibilidad de que se obtengan muestras de ADN.
"Los errores que puedan cometerse son un problema. Podrían terminar familias separadas. El sistema (migratorio) no está preparado para resolver esos errores", dice el abogado, al entender que los mecanismos de verificación de identidad del gobierno no han sido 100% efectivos.
Un estudio publicado por la organización Texas Civil Rights Project en febrero contabilizó 272 familias separadas solo en McAllen desde junio, cuando ya la política de 'tolerancia cero' implementada por el presidente Donald Trump en 2018 había cesado por órdenes del mismo mandatario. En esas separaciones había uno o más niños menores de 18 años —el más joven con ocho meses y medio— que fueron apartados de sus padres o guardianes legales (38), de sus hermanos (107), de sus tíos o tías (62), de sus primos (28) y de sus abuelos (22).
La frontera sur de Estados Unidos está saturada por la llegada masiva de inmigrantes indocumentados que huyen de la violencia en sus países. En marzo, las cifras de arrestos alcanzaron niveles récord tanto en familias (que aumentaron en 374% en relación con marzo de 2018) como en niños no acompañados (que aumentaron 66%).
Llegar de la mano de un niño se ha convertido en una especie de pasaporte para ingresar a Estados Unidos, pues no pueden ser deportados de manera inmediata porque las leyes del país protegen al infante.
Dada la legislación de 2008 para la prevenci´on del tráfico humano y el Acuerdo Flores de 1997, los padres o tutores del menor —y el menor— son liberados hasta que se celebre la audiencia en la que un juez decida qué pasará con ellos.
El gobierno asegura que los migrantes se valen de esta posibilidad para usar a los menores como una carta de entrada segura a Estados Unidos.
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