EEUU retiene un Ferrari de $1,949,699 y ahora lo reclaman en dos continentes

Las autoridades estadounidenses investigan cómo es que un Ferrari F50 año 1996 que fue robado en Italia hace 18 años llegó hasta la frontera con Canadá por una compra que realizó un hombre de Florida. Hay indicios de que estuvo en Japón y en otros países antes de que lo retuvieran en Nueva York.

Este auto exótico valorado en casi 2 millones de dólares ahora está en el centro de una disputa legal entre el hombre que asegura se lo robaron en Italia en marzo de 2003 y un residente de Florida que dice lo adquirió legalmente en septiembre de 2019 para agregarlo a su lujosa colección de vehículos.

El Ferrari F50 de color rojo es uno de los 349 que la prestigiosa automotriz italiana fabricó con motivo de su 50 aniversario. Ese modelo en buenas condiciones sube de valor con el tiempo pues es considerado una pieza digna de un museo. La unidad en cuestión solo ha recorrido 10,708 millas a lo largo de 25 años y la Fiscalía estadounidense precisa que su costo es de 1,949,699 dólares.

Ante la batalla legal entre quienes alegan ser sus dueños legítimos, el Distrito Oeste de Nueva York del Departamento de Justicia (DOJ) decidió entablar una acción civil para determinar a quién le pertenece.

“Después de la investigación, mi oficina determinó que no sería apropiado que ejerzamos nuestra autoridad y confisquemos este auto extremadamente valioso y previamente robado”, declaró el fiscal federal James P. Kennedy en un comunicado.

“En cambio, después de una odisea de 18 años, que sabemos que la llevó a través de continentes y países, hemos decidido que ha llegado el momento de que un tribunal de justicia determine al propietario legítimo del vehículo”, agregó Kennedy.

El auto se encuentra bajo resguardo del gobierno desde el 14 de diciembre de 2019, cuando intentaba pasar por el puerto de entrada Peace Bridge, en la frontera norte entre Canadá y Nueva York.

Agentes de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) que inspeccionaron el Ferrari descubrieron que algunos remaches de la placa de identificación vehicular (VIN) ubicada en el tablero estaban cubiertos “con una sustancia de tipo alquitrán negro, que es inconsistente con los estándares de fábrica”, señala la Fiscalía en el comunicado.

Tras las averiguaciones se detectó que el auto tenía un reporte de robo emitido en Italia desde marzo de 2003. Entonces, Paolo Provenzi, quien vive en ese país, denunció a las autoridades que desapareció cuando estaba estacionado en el Hotel Dontello en la ciudad de Imola, en el norte de Italia. Jamás lo encontraron. Le dijo a la policía que lo había comprado por 309,000 dólares un mes antes de que se lo llevaran los ladrones.

Pero el hombre que lo llevaba a Florida, Mohammed Alsaloussi, afirmó que ya pagó 1.4 millones de dólares por el coche y declaró que trataba de sumarlo a su colección llamada Ikonick Collections Ltd.

La Fiscalía neoyorquina declaró que una investigación más profunda y una autoridad judicial determinarán quién es el dueño legítimo del Ferrari.

“Seguimos trabajando en estrecha colaboración con nuestros socios policiales, incluso durante un período de tiempo extenso y en varios países”, dijo el fiscal Kennedy.