Recrudece la represión en Masaya tras proclamarse "territorio liberado" en Nicaragua

MASAYA, Nicaragua.- “¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme a sacarlo!”, rogaba la mujer. Su alarido desesperado se escuchaba por encima del estallido de las balas que la Policía Nacional apuntaba contra los ciudadanos atrincherados detrás de las barricadas de adoquín en la ciudad de Masaya.
“¡Ayúdenme a sacarlo que no es un perro!”, le pedía a los oficiales que no se inmutaban ante su llanto. Seguían abriendo fuego a mansalva. Hacía una hora que su esposo, Marcelo Mayorga, había sido abatido por fuerzas antimotines.
El hombre, un rebelde contra el gobierno de Daniel Ortega, yacía desplomado sobre un copioso charco de sangre en el barrio San Jerónimo. Centenares de policías y paramilitares afines al régimen sandinista irrumpieron la mañana de este martes 19 de junio a esta ciudad ubicada a 30 kilómetros de Managua. Desde hace unas semanas, Masaya se había declarado “territorio liberado” del régimen de Ortega luego de que expulsaron al alcalde y las demás autoridades sandinistas.
El único reducto de autoridad que quedaba era el comisionado general Ramón Avellán junto a una treintena de oficiales, quienes fueron cercados por la población en el cuartel durante 17 días. No podían salir y los pertrechos escaseaban.
El pasado lunes, cuando se cumplieron dos meses de la rebelión cívica en Nicaragua, los ciudadanos en resistencia declararon que conformarían un Gobierno provisional o de autogobierno. La cotidianidad de Masaya se había configurado en torno a las centenas de barricadas que trancaban la ciudad para protegerse de cualquier ataque. Sin embargo, muchas barricadas cayeron este martes ante el feroz ataque conjunto de los antimotines y paramilitares.
Tras repeler a los manifestantes con balas de alto calibre, una pala mecánica derribaba las barricadas de adoquín. La avanzada de las fuerzas armadas inició a eso de las cinco de la mañana, cuando quebraron el tranque ciudadano en la entrada de la ciudad de Ticuantepe, a medio camino de Masaya. Ticuantepe servía como tapón para proteger a Masaya, el primer bastión sandinista en rebelársele y declararle lucha frontal a la administración Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El tranque de Ticuantepe fue arrasado y controlado por los paramilitares sin mayor resistencia. A las nueve de la mañana, los antimotines ingresaron a Masaya y tuvieron que disparar un diluvio de balas por más de una hora hasta que pudieron quebrar las barricadas del Barrio Fox, ubicado sobre uno de los principales acceso a la ciudad.
Marcelo Mayorga, conocido como Cailagua, era uno de los líderes de las barricadas. Sorteaba las balas policiales y paramilitares. Respondía el fuego con morteros y con una resortera, la que murió sosteniendo en su mano izquierda. Su esposa lo encontró tendido a mitad de la calle. En medio de las balas intentaba empujar su cadáver a un lado de la calle. No podía con el peso del cadáver. Rogaba a los antimotines que la ayudasen. Cayó rendida de rodillas a la par de su marido. Su clamor fue respondido con “¡un quítese de allí!”. Era la orden de un antimotín con el fusil desenfundado.
Marcelo Mayorga fue el tercer rebelde en caer este martes. El primero fue Marvin López, un taxista conocido como “El Zombí”. Hubo otro fallecido que no pudo ser identificado por Univision Noticias. Aunque la Asociación
Nicaragüense pro Derechos Humanos (Anpdh), que desde el primer día media en el conflicto de Masaya, habla de al menos seis asesinados este martes y 40 heridos.
El operativo policial y paramilitar rindió frutos. La avanzada liberó el cuartel de Masaya y el comisionado Ramón Avellán fue relevado. Allegados al gobierno comenzaron a rendir vítores de “héroe” al jefe policial bajo cuyas órdenes fueron asesinados, al menos, diez ciudadanos de Masaya. La represión en estos dos meses de rebelión cívica deja 183 muertos confirmados por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Otra misión de los EEUU
Mientras el combate se extendía hacia el histórico barrio de Monimbó, en el aeropuerto internacional de Managua aterrizaba el embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo. El diplomático arribó a Nicaragua para “ver de primera mano la realidad de lo que está sucediendo en Nicaragua y reunirse con las partes involucradas en el diálogo liderado por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), la alianza cívica y el gobierno, según la legación norteamericana en Managua.
Fuentes diplomáticas señalaron a Univision Noticias que Trujillo también se reunirá con el presidente Daniel Ortega, quien hace una semana propuso a la administración de Donald Trump anticipar elecciones generales sin abandonar el poder contrario al deseo de la población nicaragüense.
La visita de Trujillo se produce antes de este viernes 22 de junio que se realice la Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA sobre Nicaragua, en la que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentará un informe sobre su visita en mayo, hallazgos y recomendaciones sobre la crisis actual en Nicaragua.
“Estados Unidos condena la violencia e intimidación patrocinadas por el gobierno en las calles de Managua esta mañana”, expresó Estados Unidos en referencia al ataque de Masaya. “Continuamos apoyando el progreso del diálogo liderado por la Conferencia Episcopal, e instamos al Gobierno de Nicaragua a que emita invitaciones formales tanto a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos como a la Unión Europea, tal como se acordó en el Diálogo”, agrega la administración Trump.