El expresidente de México, Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), le aceptó en una conversación privada a Nick Clegg, viceprimer ministro británico en 2011, que la guerra frontal contra el narcotráfico -uno de los ejes centrales de su gobierno y la principal estrategia de seguridad durante su mandato- era “imposible de ganar” y que la única posible solución para tratar de erradicar el problema de las drogas en el país era legalizarlas contradiciendo su postura pública, de acuerdo con VICE News.
Felipe Calderón reconoció que la guerra contra el narcotráfico era imposible de ganar, dice exministro británico
Nick Clegg, que ocupó el cargo de viceprimer ministro británico en 2011, reveló en una entrevista con Vice News que Calderón le reconoció que la única solución para erradicar el problema del narcotráfico pasaba por la legalización de las drogas.

Clegg, quien en la actualidad funge como representante de la Comisión Global de Políticas de Drogas, declaró a VICE News que Calderón le había preguntado si creía que alguna vez se establecería la venta regulada de drogas en Estados Unidos y Gran Bretaña porque dijo “con tanto drama” que tras pasar tantos años “tratando de librar esta guerra contra las drogas que es imposible de ganar (…) a menos que se pueda eliminar la criminalidad avanzando hacia la regulación de las drogas”.
El británico informó que esta conversación con Calderón se sostuvo durante la mañana del 29 de marzo de 2011 en la Ciudad de México. A pesar de que en la rueda de prensa posterior a la reunión con el mexicano, Clegg elogió la valentía de Calderón en su lucha contra el narcotráfico, aceptó que quedó sorprendido y convencido de que el único camino era la legalización, luego de escuchar a “alguien que había vivido la guerra contra las drogas y que había reducido su opinión de que nunca se iba a ganar”.
Este hallazgo contradice completamente las palabras de Calderón Hinojosa quien durante muchos años ha defendido su postura. En 2012, durante su discurso final de su mandato, precisó que México había “iniciado el camino hacia una vida llena de libertad y seguridad”. Además, en 2018, el exmandatario insistió en que no se arrepentía de su guerra militarizada.
Esta postura frontal y desigual contra el narcotráfico sumió al país en el periodo más violento de su historia, dejando un estimado de 275,000 muertes desde el inicio de su mandato en 2006, 73,000 desaparecidos, 39,000 cadáveres sin identificar y pocos logros de peso que considerar.
Hace dos años, Calderón le dijo al portal que la primera vez que ejército mexicano se desplegó fue por solicitud de un gobernador que había perdido el control del estado, valorando los buenos resultados obtenidos en un principio, aunque aceptó que “nadie esperaba que la violencia pudiera llegar a esos niveles”.
A pesar de esto, el expresidente se desmarcó de toda culpa al dejar claro que dichos actos violentos comenzaron por el control de los territorios mexicanos entre los cárteles y “no por la acción del gobierno”. Además, también culpó a los EEUU “por no hacer nada para detener el flujo de dinero, para detener el flujo de armas. En realidad, la paradoja es que incautamos como 106,000 pistolas y armas, y el 90% de ellas se vendieron legalmente en Estados Unidos”.
EXCLUSIVE: At the height of Mexico’s deadly war on drug cartels, its chief architect privately admitted it was “unwinnable” and that legalising drugs was the only way out. https://t.co/NUbkxauzDC
— VICE World News (@VICEWorldNews) September 23, 2020
De acuerdo a Vice News, Calderón no negó los comentarios a Clegg y dejó claro que “no he propuesto abiertamente la legalización porque no estoy seguro”, por lo que había que actuar con responsabilidad y realizar “ estudios previos sobre las consecuencias sociales y económicas, algunas de las cuales podrían ser desastrosas para las sociedades”.
Aunado a este nuevo hallazgo que cuestiona la postura del exmandatario, en mayo pasado, la exembajadora estadounidense Roberta Jacobson le dijo al semanario Proceso que durante su gobierno, Calderón había recibido denuncias de que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna, estaba en la nómina del Cartel de Sinaloa y no hizo nada al respecto.
“La información que obteníamos (en el Departamento de Estado de Estados Unidos) era por conducto de funcionarios estadunidenses, pero venía de parte de mexicanos, ellos eran los que más información recibían y tenían sobre la corrupción de García Luna”, dijo Jacobson al mismo medio.
García Luna fue detenido el pasado diciembre en Texas acusado de recibir millonarios sobornos por parte del Cartel de Sinaloa a cambio de permitirle operar con libertad por el territorio mexicano.
Durante los argumentos iniciales del juicio contra Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, su abogado defensor Jeffrey Litchman dijo que el actual jefe del cartel, Ismael ‘El Mayo’ Zambada, le entregó “sobornos por cientos de millones de dólares” a Felipe Calderón y a su sucesor, Enrique Peña Nieto. Ambos negaron entonces dicha acusación.
En la actualidad, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, ha mantenido al ejército en las calles del país, aunque su postura contra el crimen organizado ha sido más de tratar de conciliar en lugar de la confrontación directa. Durante el actual periodo, los cárteles se han favorecido de sobremanera al tener ganancias por 47,000 millones de dólares en los dos últimos años, de acuerdo con un informe publicado por la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno mexicano.

















