SAN FRANCISCO, California. – El estado de California continúa sumergido en una de las peores temporadas de incendios de su historia, que a la fecha reporta la cifra récord de 8,685 siniestros que han quemado más de 4 millones de acres de terreno.
Qué son los “Vientos del Diablo” y por qué hacen más peligrosa la temporada de incendios en California
Las ráfagas causadas por los "Vientos del Diablo" en el norte de California han llegado a superar las 100 millas por hora y provocado varios de los incendios más destructivos en el estado.
Y si bien estamos a escasas semanas de que termine el 2020, la pesadilla parece estar lejos de terminar. Para los meteorólogos, California está entrando a uno de los periodos más peligrosos de su temporada de incendios: la llegada de los “Vientos del Diablo”, un fenómeno climático que ha provocado algunos de los incendios más devastadores en el norte del estado.
“El Área de la Bahía es una de las zonas más vulnerables durante los eventos de ‘Vientos del Diablo’, que son vientos cálidos que fluyen generalmente desde el noreste y al chocar con las montañas aportan condiciones críticas o de bandera roja para la formación y rápida propagación de incendios forestales”, explica Suheily López Belén, meteoróloga de Noticias Univision.
Por estas mismas fechas en 2019, los “Vientos del Diablo” hicieron que el norte de California estuviera bajo alerta de bandera roja durante 10 días consecutivos, una cifra histórica para el estado. Un año después, el mismo fenómeno ha provocado dos alertas similares en lo que va de octubre, una tercera entrará en vigor a partir de este miércoles por la noche y existe la posibilidad de más episodios con la entrada de la próxima semana.
López Belén indica que la llegada del otoño suele marcar el pico de la temporada de incendios forestales, sin embargo, de acuerdo con el mapa de monitoreo de sequías de Estados Unidos, los últimos seis meses en California han sido los más calurosos en los últimos 126 años y el estado se encuentra inmerso en una sequía entre severa y extrema, lo que facilita la propagación de fuegos.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, agosto y septiembre de este 2020 fueron los más calientes para California desde 1895, mientras que las temperaturas promedio en lo que va de octubre ya lo perfilan para entrar a los libros de historia.
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El otro impacto de los “Vientos del Diablo”
En las horas previas a la explosión del incendio Kincade, que hace un año arrasó con la región de viñedos del norte de California, las ráfagas de viento rebasaron por momentos las 100 millas por hora.
"Las condiciones calurosas y secas, combinadas con las rachas de viento, presentan un riesgo elevado de causar daños al sistema eléctrico con el potencial de generar incendios en zonas con vegetación seca", alertó este martes la compañía Pacific Gas & Electric, la principal distribuidora de energía eléctrica en California.
Al igual que los incendios forestales, los apagones masivos se han convertido en otra de las crisis que cada año enfrentan millones de californianos. En el pasado, PG&E han dejado sin luz de manera simultánea unos 2 millones de residentes y para esta semana advierte que más de 50,000 casas y negocios se podrían quedar sin electricidad durante los cortes de energía preventivos.
Esta prevención excesiva se ha convertido también en parte de la nueva normalidad. Un estudio reciente de la Universidad de Stanford advierte que la tendencia en California es que los fuegos serán cada vez más destructivos. Para muestra basta un botón: 4 de los 5 incendios más grandes en la historia del estado ocurrieron entre agosto y septiembre de este 2020.
“Estamos en una era en la que cada temporada de incendios va a ser fuera de lo ordinario. La combinación del cambio climático, el crecimiento de los desarrollos urbanos en las zonas boscosas y la acumulación de combustible tras décadas de combate a los incendios aumenta de forma dramática el riesgo de incendios de fuegos catastróficos”, señaló en el reporte Chris Field, profesor del Instituto Woods del Medio Ambiente de esa casa de estudios.
López Belén coincide y agrega que “hemos visto condiciones progresivas para la formación de fuegos más extensos. Podemos esperar temporadas más peligrosas en el futuro. El cambio climático es real y ya lo estamos viviendo”.
Por si fuera poco, el terreno afectado por los incendios forestales representa otra preocupación: la llegada de la temporada de lluvias.
“Para los meses de enero y febrero es típico recibir lluvia por eventos de ríos atmosféricos. Las zonas calcinadas por los fuegos, al no estar óptimas para absorber agua, aumentan el riesgo de inundaciones repentinas y deslaves”, advierte la meteoróloga de Noticias Univision.
Por esa razón, dice, aunque finalicemos eventualmente la temporada de fuegos forestales, no podemos dejar de monitorear los riesgos que enfrentan las comunidades cercanas o afectadas directamente por los siniestros.




























