El equipo de campaña del presidente Donald Trump ha repetido en varias ocasiones que Texas no es un estado en disputa y que esperan una holgada victoria en noviembre. Pero Texas ha sido el estado que ha visitado más veces después de Florida (dos veces en las últimas 12 semanas, para recaudar fondos) y el autobús que promueve su reelección, que se supone visita prioritariamente lugares reñidos, ha hecho parada en territorio texano.
Dan Patrick dice que está “100% seguro” de la victoria de Trump en Texas
El vicegobernador visitó San Antonio y otras partes del condado de Bexar. Aunque Trump ganó Texas en 2016 por unos nueve puntos, solo obtuvo un 40,7% del condado hace cuatro años: el peor resultado para un republicano en la región en 50 años.
El vicegobernador Dan Patrick, director de la campaña de Trump en Texas, encabeza la delegación que viaja en el autobús, cuya primera parada ha sido el condado de Bexar (San Antonio), donde se sitúa el distrito 23 del congreso federal: el más reñido del estado y uno de los más peleados del país.
Este distrito, de amplia mayoría hispana (casi el 70% de su población), se extiende por el suroeste fronterizo del estado: desde El Paso hasta Laredo. En 2018, la hoy también candidata demócrata, Gina Ortiz Jones, perdió frente al republicano Will Hurd por menos de mil votos. Hurd no se presenta a la reelección y declaró hace unas semanas que no estaba seguro si apoyaría al presidente Trump después de que este sugiriera postergar las elecciones del 3 de noviembre.
Incluso la elección primaria republicana ha sido especialmente reñida. El candidato Raul Gonzales, respaldado por Trump, derrotó a su rival Raúl Reyes por poco más de una veintena de votos.
Los demócratas mantienen su confianza en conseguir resultados inéditos en Texas, el segundo estado que más votos otorga al Colegio Electoral (38) y el segundo con mayor población hispana (un 40%). Pero la idea de conseguir un inédito resultado en el mayor bastión republicano del país sigue causando escepticismo en algunos. O, en el caso del vicegobernador Patrick, directamente incredulidad.
En San Antonio, Patrick dijo estar “100% seguro” de que Trump ganaría Texas y dijo que la campaña de Biden estaba “vendiendo humo” al decir que existe la posibilidad de conseguir un resultado a favor del exvicepresidente en territorio texano.
“Me parece perfecto que sea Dan Patrick quien encabece este recorrido”, dijo el congresista Lloyd Dodgett, representante demócrata por el distrito 35 (San Antonio/Austin), en una conferencia de prensa organizada por el Partido Demócrata este jueves. “Quién mejor que él, que dijo que nuestros ciudadanos de mayor edad dieran su vida para salvar la economía, para ir a la cabeza de esto”.
At San Antonio stop of Trump camp’s TX bus tour, @DanPatrick quickly tells reporters he’s “absolutely 100% confident” Trump’ll win TX. Pierson says he’ll “carry [TX] & carry it well.” Parscale says Trump’s in “very good position” in TX & Team Biden’s doing “smoke & mirrors” here. pic.twitter.com/y6ebra29zX
— Patrick Svitek (@PatrickSvitek) September 3, 2020
El sur fronterizo texano, en disputa
Dodgett, quien representa en el Capitolio a una parte vecina de la región que visitó Patrick, enfatizó el daño que ha hecho a las comunidades hispanas de la región el covid-19. El sur fronterizo de Texas iguala la tasa de mortalidad de zonas urbanas como Houston, cuando tiene cinco veces menos población.
"Trump supporters don't believe in wearing a mask. They believe that all the rest of us should wear a blindfold -- ignoring the failures of this administration.” -- @LloydDoggettTX
— Texas Democrats (@texasdemocrats) September 3, 2020
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“Los simpatizantes de Trump no quieren usar mascarilla, pero también quieren que usemos una venda en los ojos para no ver la realidad”, comentó.
La región elegida por la campaña de Trump ha ido cambiando discretamente a favor de los demócratas. En 2014, el senador John Cornyn ganó los 21 condados de la interestatal 35 (que conecta a Laredo con el norte del estado, hasta llegar a Minnesota) por más de 346,000 votos. En 2016, Trump perdió esos condados por menos de 116,000. Y en 2018, Ted Cruz perdió por casi medio millón: 440,000 votos.
El condado de Bexar ya había sido un dolor de cabeza para Trump en 2016. Aunque ganó el estado en 2016 por unos nueve puntos, solo obtuvo un 40,7% del condado hace cuatro años: el peor resultado para un republicano en la región en 50 años.
Las encuestas en Texas, por ahora, marcan una ajustada diferencia entre los candidatos. El promedio de las últimas cinco indica que el presidente mantiene una ventaja de poco más de tres puntos sobre Biden. Una ventaja al fin, pero pequeña para un estado como Texas, donde ningún demócrata ha ganado una elección presidencial desde que Jimmy Carter derrotara a Gerald Ford en 1976. ¿El resultado de 2020 será distinto?
Hay un detalle que sí es distinto. Esta vez los republicanos lo han dicho en el recorrido de un autobús que prioriza estados en disputa, y lo han dicho en Texas.



















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