
La célula, como aprendimos tempranamente en el colegio, es la unidad estructural y funcional de todos los seres vivos (al menos en el planeta Tierra). Como parte del micromundo, en su mayoría, las células son prácticamente imposibles de ver a simple vista, por lo que el uso de instrumentos especiales, como los microscopios, tanto para su localización como su estudio, es necesario.
Sin embargo, toda regla tiene sus excepciones y hoy queremos presentarte un organismo constituido por una sola célula que no solo es perfectamente visible a simple vista, sino que también es bastante mayor que muchos organismos pluricelulares, incluyendo algunos vertebrados. Se trata del protozoo Gromia sphaerica .
¿Qué es Gromia sphaerica?

Gromia sphaerica es un protozoo pariente lejano de las conocidas y tristemente célebres amebas. Hasta donde se conoce, vive en los fondos marinos arenosos del mar Arábigo y las Bahamas, último lugar este donde científicos de la Universidad de Austin, Texas, descubrieron importantes poblaciones que llamaron poderosamente la atención de la comunidad científica, hace ya unos seis años.
Los científicos que exploraban la zona detectaron cientos de bolas cubiertas de sedimentos en el fondo arenoso y éstas recordaban mucho la forma y el tamaño de las uvas.
Al reunir varias de ellas y estudiarlas en detalle, descubrieron que estaban formadas por una sola célula de aproximadamente unos 3 cm de diámetro, una dimensión realmente asombrosa para un ser unicelular. De hecho, tienen una talla mayor que miles de especies de insectos, moluscos, peces, anfibios y reptiles, entre otros representantes de la fauna.
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El misterio de las huellas de Gromia sphaerica
A pesar del extraordinario tamaño de estas células, lo más asombroso y trascendente para los científicos fue la presencia de unas huellas sinuosas y bastante claras que, obviamente, fueron dejadas por estos seres durante su desplazamiento, incluso algunos de ellos cuesta arriba. Hasta ese momento no se conocía que un organismo unicelular pudiera dejar una huella tan evidente y visible.
Estas huellas resultaban ser extremadamente similares a rastros fósiles hallados en rocas sedimentarias de hace unos 1800 millones de años, durante el período Precámbrico. Los investigadores lo atribuyeron a organismos pluricelulares de simetría bilateral, como por ejemplo, gusanos marinos.
A partir de este descubrimiento se hace evidente que estas huellas las pudieron dejar grandes organismos unicelulares, una posibilidad que antes apenas era contemplada y que ahora implicaría que los organismos multicelulares realmente evolucionaron mucho después en nuestro planeta. Hasta el momento, estas antiguas huellas eran consideradas una prueba de su existencia, a falta de restos fósiles animales.
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Aún se sabe muy poco de estos extraordinarios protozoos, pero los estudios continúan y sin lugar a dudas, el descubrimiento de estas macrocélulas marinas será de gran ayuda en los complejos estudios de la evolución de la vida en nuestro planeta.
¿Te habrías imaginado que una célula podía ser tan grande como Gromia sphaerica?