El folclore japonés es muy poco conocido en Occidente, pero las tradiciones y creencias japonesas son bastante bellas y curiosas. Van más allá de los samuráis, los ninjas, los kimonos y las geishas. Su cultura es rica en mitos y leyendas, mismas que aún se conservan y respetan igual que los ritos. Asimismo, algunos de sus mitos son demasiado extraños, como es el caso del Tsukumogami. Parece trabalenguas pronunciarlo, pero te sorprenderá averiguar de qué se trata.
Tsukumogami

El Tsukumogami es un tipo de Yōkai (espíritu, monstruo o aparición) bastante singular. Según la leyenda, cuando los objetos, como paraguas, sandalias e instrumentos musicales, cumplen 100 años, estos cobran vida. Popularmente se cree que reciben un alma. Sus formas cambian y obtienen ciertos rasgos antropomórficos. Pueden ser benignos o malignos según el uso que el dueño les dio.
Por ejemplo si los tiraron por viejos y obsoletos, al cumplir 100 años volverán para incordiar a su anterior amo. Por lo general, igual que muchos Yōkai, no son peligrosos salvo un tipo en específico. A los Tsukumogami les gusta hacer travesuras y molestar a los humanos.
En este sentido son muy parecidos a los duendes y troles de Occidente. También pueden aliarse con otros objetos y cobrar venganza contra sus dueños. Un rito curioso en Japón se realiza en el Jinja (altar) para consolar a los objetos rotos e irreparables.
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Manifestaciones del Tsukumogami
Veamos a continuación algunos de los tipos de manifestaciones de Tsukumogami más comunes dentro de los relatos folclóricos de Japón.
Bakezōri
Este ente puede aparecerse en las casas abandonadas o en las del dueño. Es una sandalia con brazos y piernas, pero con un solo ojo en medio. El Bakezōri es bastante rápido y travieso. Se cree que corre cantando «¡Kararin, kororin, kankororin, managu mittsu ni ha ninmai!» que significa «Dos ojos, tres ojos y dos dientes».
Biwa-Bokuboku
Es descrito como un ser antropomórfico con cabeza de Biwa ( instrumento musical). Cuando cobra vida recorre por las noches los pasillos del hogar de su amo tocando melodías tristes para recriminar su abandono. También se cree que puede merodear en casas abandonadas donde su música se escucha y a veces puede hacer fiestas con otros tipos de Yōkai.
Boroboroton
Este Tsukumogami es una frazada tejida. Si se siente inútil y olvidada al cobrar vida por la noche intentará asesinar a su dueño. Mientras éste duerme se enrollará sobre su cabeza y cuello y le estrangulará. También pueden atacar a otras personas mientras duermen.
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Kasa-obake
Este ente es el más conocido de todos. Se le describe como un paraguas con un ojo, una larga lengua y un pie en lugar de mango, aunque también aparece representado con forma brazos y piernas o solo dos piernas y un ojo. Se cree que estos seres son otro tipo diferente de Yōkai y no precisamente Tsukumogami. En el Japón de posguerra se convirtieron en figuras representativas de casas embrujadas.
Los Tsukumogami parecen seres salidos de una pintura surrealista y es precisamente por ello que son tan populares en Japón. En occidente están las creencias en muñecos y juguetes vivientes, pinturas u otro tipo de objetos, pero por lo general se le atribuyen a los poltergeist.
En cambio, en Japón los objetos tienen su propia alma, este mito representa el respeto que debe darse a todas las cosas, incluyendo a nuestras pertenencias, pues también tienen sentimientos y si no se es cortés con ellos al cobrar vida, los objetos pueden ser maliciosos.
¿Qué te parecieron? ¿Crees que sean un mito interesante y bastante original? ¿Conoces mitos así de otros lugares? Escríbenos en los comentarios.