En Suiza, en el Cantón de Vaud, dentro de la Comuna de Veytaux y a orillas del hermoso Lago Léman (también llamado Lago de Ginebra, lago que recibe las aguas del Río Ródano=, entre las localidades de Montreux y Villeneuve, se encuentra el gran Castillo de Chillon. Es un lugar muy visitado por el turismo, recibiendo hasta 300.000 personas por año.

Mencionar a Escocia es aludir a una tierra de pronunciadas ondulaciones que probablemente terminen en un profundo lago. En este país el misterio y el romance van de la mano por donde quieras que mires, especialmente en los castillos escoceses que proliferan a raudales bajo los escudos nobiliarios y con siglos de historia para contar.

Muchos son en el mundo los que suspiran por los viejos tiempos de caballeros, castillos y princesas, pues aunque la Edad Media sea considerada en ocasiones una etapa oscura de la humanidad, lo cierto es que, tal cuya la vemos hoy, no dejaba de tener su romance.

Siempre es bueno destacar, aunque suene un poco repetitivo, que Europa rebosa en toda su extensión de ciudades muy ricas en cuanto a lo arquitectónico. Son sitios de centenares de años de antigüedad, que a lo largo de los siglos mantuvieron (como pudieron) las reliquias y construcciones levantadas por sus antepasados.

Se dice que Chenonceau es el segundo palacio más visitado en Francia después de Versalles, y no es difícil el comprender el porqué. Atravesando el río Cher, sobre el cual se refleja su espléndida arquitectura renacentista con reminiscencias góticas, el castillo de Chenonceau integra un paisaje único, rodeado de hermosos jardines y albergando una colección de arte sin igual, donde, entre tapices del siglo XIX y mobiliario antiguo, pueden encontrarse Rubens, Tintoretto como alguno de sus mayores exponentes.

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