La naturaleza nunca deja de sorprendernos, y prueba de ello son los diversos descubrimientos que científicos y fotógrafos realizan a diario desde cualquier lugar del mundo. Uno de los ejemplos más curiosos reside en la presencia del «moonbow» (moon + rainbow), o arco iris lunar, un fenómeno caracterizado por una luna a la que también le salen colores.

El 14 de noviembre ocurrirá un increíble show astronómico. Si el clima está claro, se podrá ver a la Luna lo más cerca de la Tierra que se ha visto desde enero de 1948.

Parece ser que la exploración de la Luna no será tan sencilla como tal vez muchos podrían creer. Un nuevo estudio ha descubierto que los cráteres se forman sobre su superficie con más frecuencia de lo que se creía, lo que podría complicar el aterrizaje de las sondas y la caída de rocas espaciales sobre el satélite.

La Luna es el único satélite natural y permanente de nuestro planeta. Por lo tanto, desde el siglo V a. E. C. que el ser humano la ha estudiado. Los ciclos lunares refieren a la forma de la Luna que es iluminada por el Sol y es entonces visible para los seres humanos que habitan en la Tierra. Estos ciclos cambian a medida que la Luna orbita la Tierra y según la posición del Sol y de la Luna en referencia a la Tierra.

Han pasado varias décadas desde que la NASA dejó de enviar las misiones Apolo a la Luna y otros planetas del Sistema Solar. Sin embargo, todavía se siguen estudiando los datos obtenidos y según los últimos descubrimientos, la formación de nuestro satélite natural debió causar una enorme conmoción en la Tierra.

Desde hace miles de años los humanos hemos soñado con viajar a la Luna. Afortunadamente, y tras un gran esfuerzo, la NASA logró posar a los primeros astronautas en 1968. Mucho ha llovido desde entonces. Tanto, que la Moon Express, la primera misión privada que llegará al satélite, ya está en marcha.