Los Ángeles ha sido catalogado como uno de los epicentros de la actual crisis humanitaria por la política de 'tolerancia cero' que ha provocado la separación de miles de familias inmigrantes. En 2017, la organización Caridades Católicas ayudó entre 1,800 y 2,000 niños que llegaron solos al país.

La psicóloga Carolina Jiménez asegura que, por lo general, la reacción inicial es ansiedad, temor y muchos cambios emocionales. Enfatiza en que los más pequeños no tienen las habilidades intelectuales para entender el porqué están siendo separados de sus padres y relacionan este suceso con "abandono, rechazo y sienten que ya no son amados".

Las protestas continúan a pesar de la firma de una orden ejecutiva del presidente Trump que frena la separación de familias en la frontera. Grupos de activista se manifiestan en el lugar ubicado cerca al centro de la ciudad y aseguran que la orden ejecutiva no es suficiente. Muchos se preguntan qué pasará ahora con los más de 2,000 menores que ya fueron separados de sus familias y que están repartidos en centros de detención en diferentes partes del país.

Este joven de 16 años narró su periplo al dejar su natal Guatemala solo y llegar a EEUU, donde ahora puede cumplir sus sueños.

A pesar del alivio que causó la orden ejecutiva firmada por el presidente Trump, activistas temen por el futuro y condiciones de los niños que ya se encuentran en centros de detención. Aseguran que el proceso generará una nueva crisis.

Los mandatarios de ciudades como El Paso, Austin, Los Ángeles, Nueva York, Miami, entre otros, viajaron a la frontera con el objetivo de ingresar a un centro de detención, pero no tuvieron éxito. Ante esto, ofrecieron una conferencia de prensa en la que le exigieron al gobierno un freno total e inmediato a la política 'tolerancia cero'.