Cuando tenemos un bebé, el mundo se nos vuelve de cabeza, y es que nadie nos enseña a ser madres. Existen libros, teorías y un sinfín de personas que siempre tratarán de ayudarnos, sin embargo será la experiencia (y en algunos casos la intuición) la que nos permita resolver los problemas que se presenten. En ese sentido, el hipo en los bebés es algo que a las madres nos aflige pues las primeras veces no sabemos cómo calmarlo. Una de las preguntas que más nos hacemos es, ¿es normal que un bebé recién nacido tenga hipo?

¿Tu bebé ya llegó a esa increíble etapa en que habla todo el día con balbuceos y hasta pareciera que está teniendo una conversación real? Amo cuando hacen eso, muero de ternura. Quizás nunca te preguntaste el motivo por el que los bebés balbucean, pero como estás leyendo esto, seguro ahora sí te lo estás preguntando. ¿Te cuento? ¡Vamos!

Ha pasado ya la etapa de dentición y como madres hemos sufrido todos esos cambios de humor y dolores que nuestros pequeños tienen. Por fin descansamos unos cuantos años mientras ellos disfrutan y descubren sus dientes de leche pero ¡oh sorpresa! De pronto recordamos que estos no son los definitivos y nos damos cuenta de qué tanto ha crecido nuestro retoño cuando aparece su primer diente flojo. ¿Y ahora qué?

Después del nacimiento todo se convierte una bola súper gigante de emociones, que sí ya mueve las manitas y sus pies, hasta sus primeras palabras, todo son cambios en los niños. Pero, para nosotras como mamás, una de las cosas que más nos preocupa y nos hace temblar son sus primeros pasos, es en ese momento cuando debemos decir: “cuidado, bebé en movimiento”.

Uno de los momentos que más esperamos las mamás, además de la primera ecografía, es el poder escuchar por primera vez los latidos del corazón de nuestro bebé. Seguramente tú ya estas ansiosa esperando ese momento, por eso te invito a descubrir todo lo que debes saber sobre los primeros latidos del corazón de tu bebé.

Ponte un poco a pensar, seguro tienes algunos recuerdos de cuando eras una niña pequeña, pero, ¿te recuerdas a ti misma como un bebé o tienes recuerdos de cuando eras bebé? No, ¿verdad?. Existen varias hipótesis de por qué no recordamos nuestra infancia temprana y nosotras te mostramos algunas. ¿Ya quieres conocerlas? ¡Vamos!