Los celulares y dispostivos electrónicos están en todos lados. En tu bolsillo, en tu mesa de noche, en el baño, en tu oficina y hasta en las manos de tu bebé. Esta tecnología como tal no es peligrosa para nadie, pero un mal uso de ella sí puede serlo, sobre todo en los niños en pleno desarrollo.

Apostamos lo que quieras a que en este momento estás pegado a tu celular. De hecho lo más probable es que nos estés leyendo desde tu smartphone, y si no, seguro lo traes guardado en tu pantalón o está reposando felizmente junto a ti en tu escritorio.

Los jugadores estaban listos y los celulares cargados. Ultraballs compradas, huevos de la suerte utilizados y la emoción de los jugadores que siguen utilizando Pokémon Go estaba a tope.

Si varias veces has sentido que tu celular vibra, pero al revisarlo no hay ninguna llamada perdida o mensaje, no es sólo tu imaginación. Existe un término para nombrar a este nuevo desorden causado por la tecnología: "ringxiety". Este vocablo está formado por dos palabras anglosajonas, “ring” que es ‘timbre’ y “anxiety” que significa ‘ansiedad’.

En esta era digital, existen muchos nuevos términos para las relaciones, está el "ghosting", "haunting", "benching", entre otros.

Tienes que terminar el reporte de tu trabajo o estás estudiando para los exámenes finales. "Ahora sí, ¡ya me voy a concentrar", te dices. Te cacheteas, pones tu celular en silencio (o hasta lo apagas, si ya vas muy en serio) y lo abandonas en el extremo de la mesa.