¿Quién no soñó de niño con ser astronauta? Viajar al espacio y ver la Tierra desde lejos; seguro es el sueño de muchos. Sin embargo, a medida que crecimos nos fuimos dando cuenta de que no era tan fácil... ¿o sí? Aunque no cualquiera puede ser astronauta, resulta que tampoco parece ser algo tan imposible.

Los viajes a Marte son la estrella de la ciencia espacial en este momento. La posibilidad, cada vez más cercana, de que la especie humana llegue a Marte es algo fascinante. Gracias a complejos cálculos y estimaciones los científicos tienen una idea bastante clara de cuánto falta para que esto sea posible. Pero aún existen grandes interrogantes: cómo producir alimento, cómo adaptarse a temperaturas tan extremas y diferentes a las de la Tierra, etc.

«Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad» con esa célebre frase de Neil Amstrong se inauguró una de las hazañas más impresionantes de la ciencia contemporánea: la llegada del ser humano a la Luna.

Marte es el planeta más enigmático del Sistema Solar y si bien robots como el Curiosity Rover lo están explorando, ningún humano se ha acercado al planeta rojo, algo que, según la NASA, cambiará por completo entre 15 y 20 años más.

Un asteroide, de los cientos de miles que vagan por el enorme cinturón entre Marte y Júpiter, se descarría y choca contra el planeta rojo. La colisión es tan colosal que levanta pedazos de Marte, los cuales empiezan a deambular por el espacio y en algún momento entran al campo de atracción gravitacional de nuestro planeta, cayendo a la Tierra.

A lo largo de la existencia del ser humano en la Tierra, muchas han sido las teorías de la conspiración que han surgido con más o menos acierto. Por eso hoy os mostramos la peculiar historia del cosmonauta fantasma, Ivan Istochnikov.