El presidente estadounidense, Donald Trump, llegó este lunes a Israel con la intención de reactivar las negociaciones para instaurar una paz hasta ahora inalcanzable entre israelíes y palestinos.
Trump en Tel-Aviv: "Tenemos ante nosotros una rara oportunidad de aportar seguridad, estabilidad y paz a esta región"
El presidente estadounidense llegó a Israel en visita oficial donde hizo reafirmó el "vínculo indestructible" entre los dos países. En la tarde del lunes, tiene previsto visitar el Santo Sepulcro y luego el Muro de los Lamentos. Mañana se desplazará a Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel.

En rueda de prensa en Jerusalén, junto al presidente Reuven Rivlin, Trump calificó a Israel como un "país increíble" y ratificó la alianza entre los dos países. Además, remarcó que Irán no debe permitírsele que desarrolle una bomba nuclear y criticó que Teherán está apoyando "terroristas".
"Estados Unidos e Israel pueden declarar con una sola voz que nunca se debe permitir que Irán posea un arma nuclear. Nunca, nunca. Y debe cesar su mortífero financiamiento, entrenamiento y equipamiento de terroristas y milicias, y debe cesar inmediatamente", insistió Trump.
Trump apuntó también su deseo de avanzar en el entendimiento entre Israel y Palestina: "Estoy deseando hablar sobre el proceso de paz", señaló.
"Tenemos tantas oportunidades delante de nosotros", afirmó Trump, quien añadió que "podemos alcanzar todos nuestros objetivos", si bien no dio detalles de que vaya a presentar un plan de paz para el conflicto árabe-israelí.
Segunda parada de la gira
El Air Force One, procedente de Arabia Saudí, aterrizó poco antes de las 12:30 hora local en el aeropuerto internacional Ben Gurion. Trump, que fue recibido por su homólogo israelí, Reuven Rivlin, y por el primer ministro Benjamin Netanyahu, elogió en un breve discurso el "vínculo indestructible" entre Estados Unidos e Israel.
"Tenemos ante nosotros una rara oportunidad de aportar seguridad, estabilidad y paz a esta región", declaró en una breve alocución en la que reafirmó el "vínculo indestructible" entre Estados Unidos e Israel.
"Pero sólo podremos llegar trabajando juntos. No hay otra solución", dijo.
"Vine a esta tierra antigua y sagrada para reafirmar el vínculo indestructible entre Estados Unidos y el Estado de Israel", subrayó.
El martes Trump se desplazará a Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel.
"Si estas tres creencias (cristiana, judía y musulmana) pueden aliarse y cooperar, entonces la paz en el mundo es posible, incluyendo la paz entre israelíes y palestinos", había afirmado el presidente estadounidense el domingo en Arabia Saudí, etapa inaugural de su primer viaje al extranjero.
Su secretario de Estado, Rex Tillerson, aludió el lunes a "una oportunidad para hacer avanzar la paz" con ocasión de esta visita.
En la tarde del lunes, Trump tiene previsto visitar el Santo Sepulcro, el lugar más sagrado para los cristianos, en Jerusalén. Después recorrerá por las calles de la Ciudad Vieja los cientos de metros que separan este lugar del Muro de los Lamentos, el lugar santo donde rezan los judíos.
El muro está situado junto a la Explanada de las Mezquitas, que es el tercer lugar más importante para el islam.
Trump se paseará así por el complejo laberinto del conflicto entre israelíes y palestinos, con la proclamada ambición de terminar con el conflicto más viejo del mundo.
Primero con Netanyahu, luego con Abas
Trump será el primer presidente estadounidense en desplazarse el Muro de los Lamentos. Hasta el momento Washington se negó a que el presidente estadounidense fuera acompañado por un dirigente israelí durante su visita, lo que podría ser interpretado como un reconocimiento de la soberanía israelí en el lugar.
Este es uno de los varios interrogantes que plantea la visita.
El lunes, Trump se entrevistará con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el martes con el presidente palestino Mahmud Abas en Belén, en Cisjordania ocupada.
Netanyahu y Abas no han sostenido ninguna reunión directa sustancial desde 2010. Las últimas negociaciones entre israelíes y palestinos, bajo égida de Estados Unidos, se hundieron en abril de 2014. Desde entonces la paz parece una posibilidad cada vez más lejana. Las intenciones de Trump parecen poco claras tanto para israelíes como para palestinos.
Una vez investido, Trump comenzó a sembrar las dudas y a alarmar a los palestinos al tomar distancia con la solución de los dos Estados, es decir, la creación de un Estado palestino independiente.
Pero tampoco ha dejado tranquila a la derecha israelí, que soñaba con una colonización sin freno y ha exhortado a Israel a detener el proceso en los territorios ocupados.
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El presidente estadounidense busca primero "facilitar" la reanudación de los esfuerzos de paz y obtener de ambos lados un compromiso y la adopción de medidas de confianza, aseguran sus colaboradores.
En fin, el gobierno israelí aprobó el domingo por la noche, "a petición" de Trump, una serie de medidas destinadas a facilitar la vida de los palestinos y favorecer su economía, principalmente sus viajes al extranjero y los desplazamientos de las decenas de miles de palestinos que trabajan en Israel.
Sin embargo, el escepticismo sigue vigente, habida cuenta de las presiones que recibe Netanyahu de la derecha, la avanzada edad del líder palestino (82 años) y las complejas divisiones internas de su bando, sumadas a la tempestad política que espera a Trump en Washington.
En su campaña electoral, Trump prometió transferir la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén, rompiendo con décadas de diplomacia estadounidense y alarmando a los palestinos y al mundo árabe. Ahora ya no parece tener tanta prisa en hacerlo.






