Los líderes cubanos se resisten a pasar el relevo

Raúl Castro es reelegido como máximo dirigente del Partido Comunista de Cuba en la clausura de un congreso en el que las reformas económicas ocupan un segundo plano.

El gobernante cubano Raúl Castro junto a su hermano Fidel Castro en el Congreso del Partido Comunista de Cuba.
El gobernante cubano Raúl Castro junto a su hermano Fidel Castro en el Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Imagen Ismael Francisco/Cubadebate via AP

A pesar de su edad y las exigencias de un cambio generacional, el martes el presidente de Cuba, Raúl Castro, de 84 años, fue reelegido como máximo dirigente del Partido Comunista de Cuba por otros cinco años junto a otro veterano de la vieja guardia revolucionaria de la isla.

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Su reelección unánime al final del congreso del partido que duró cuatro días dejó interrogantes sobre el ritmo de un programa actual de reformas económicas y de la mejora de las relaciones con Estados Unidos.

El congreso se realizó apenas un mes después de la histórica visita a Cuba del presidente estadounidense, Barack Obama, en la que pidió una mayor apertura del naciente sector privado de Cuba.

“La dirigencia cubana no confía en la nueva apertura y parece mucho más cómoda repitiendo las viejas pero poco convincentes consignas de la Guerra Fría acerca de su supuestamente irreconciliable “enemigo” del norte,” dijo Ted Henken, profesor de sociología de la City University de Nueva York y experto en iniciativa empresarial en Cuba.

En una sorpresiva aparición el martes, el envejecido expresidente Fidel Castro, de 89 años, pronunció lo que algunos observadores describieron como un discurso de despedida, diciéndoles a los miembros del partido que pronto moriría y exhortándolos a mantener vivas sus ideas.

“Pronto deberé cumplir 90 años,” dijo Castro, de aspecto frágil y con voz ronca. “Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan.”

Video Fidel Castro: "A todos nos llegará nuestro turno"


Raúl Castro seguirá siendo el primer secretario del partido y José Ramón Machado Ventura, un político de línea dura de 85 años de edad, mantendrá el cargo de segundo secretario durante al menos una parte de un segundo mandato de cinco años. Raúl Castro es tanto presidente de Cuba como primer secretario del partido, aunque debe renunciar como presidente del gobierno a principios de 2018.

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En el congreso del partido también se eligieron los 15 miembros del poderoso Buró Político, y se decidió hacer caso omiso a los llamados a incluir más jóvenes reformistas.

La falta de cambio en la dirigencia del partido se produce a pesar de la distensión de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Ambos países restablecieron relaciones diplomáticas el año pasado después de una pausa de 54 años, pero persiste una profunda desconfianza entre La Habana y Washington.

En La Habana, Obama pronunció un impresionante discurso en el que dijo que venía “a enterrar el último vestigio de la Guerra Fría.” Estados Unidos ya no estaba interesado en imponer un cambio de régimen en Cuba, agregó.

La visita, aunque cuidadosamente coreografiada, pareció tomar por sorpresa a los líderes cubanos, lo cual provocó una serie de ataques públicos contra Obama cuestionando sus objetivos. Las autoridades cubanas no están tan dispuestas como Obama a enterrar el hacha de guerra, y evocan desagradables episodios, incluyendo varios planes tristemente célebres para asesinar al mayor de los Castro.

El congreso del partido está programado para coincidir con la conmemoración de la victoria sobre la agresión de Bahía de Cochinos en abril de 1961, la cual contó con el apoyo estadounidense.

El viernes, en el discurso de apertura del congreso, Raúl Castro declaró que Washington aún tenía intenciones de destruir la revolución socialista de Cuba. “Debemos estar alertas, hoy más que nunca,” dijo. El fomento al sector privado por parte de Obama fue un esfuerzo “con el fin de generar agentes de cambio en la esperanza de acabar con la revolución y el socialismo en Cuba por otras vías... los objetivos son los mismos, sólo los métodos han cambiado,” agregó.

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El 7º congreso del partido, programado cada cinco años, se realizó en agudo contraste con la última reunión en 2011, donde las ideas de reforma hacia el libre mercado se discutieron abiertamente. El congreso de este año se celebró en gran medida en secreto y las reformas parecieron jugar un papel secundario en relación con la defensa del socialismo y la revolución.

“Obama los puso a la defensiva”, dijo Emilio Morales, analista económico y fundador de Havana Consulting Group, con sede en Miami. “Ellos están de regreso en las trincheras, resistiendo los cambios para abrir la economía y crear puestos de trabajo”, afirmó. “Vamos hacia un momento difícil. El pueblo quiere cambios, pero la dirigencia tiene miedo de lo que eso implique para la revolución.”

Los envejecidos líderes del Partido Comunista de Cuba enfrentan la difícil tarea de mantener unido al país conforme intentan dirigir una transición generacional en medio de circunstancias económicas profundamente desfavorables, alimentadas por la caída de los precios del petróleo, la cual ha socavado la salud financiera de Venezuela, su principal aliado y benefactor.

Fidel Castro confesó que nunca pensó alcanzar tan avanzada edad.
Fidel Castro confesó que nunca pensó alcanzar tan avanzada edad.
Imagen EFE


Al haber observado atentamente la caída de la Unión Soviética a comienzos de 1990, Raúl Castro está consciente de que históricamente los gobiernos autoritarios tienden a desmoronarse cuando relajan el control político.

La ideología dominante sigue siendo mantener la unidad bajo la bandera de un sistema de un solo partido político. “Si lograran algún día fragmentarnos sería el comienzo del fin en nuestra patria, de la Revolución, el socialismo y la independencia nacional,” dijo en el Congreso.

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El menor de los Castro señaló que el congreso sería el último presidido por la “generación histórica” que dirigió la revolución cubana de 1959, lo cual sugiere que ocurrirá una transición antes del próximo congreso del partido en 2021.

Castro enfatizó que los cambios llegarían, aunque no tan rápidamente como a algunos les gustaría. “(Vamos a) introducir los cambios necesarios sin precipitaciones ni improvisaciones que solo nos conducirían al fracaso,” dijo.

Castro también propuso límites de edad y de mandatos para los cargos más importantes del partido, e indicó que los nuevos líderes deben ser menores de 60 años de edad, y renunciar a sus puestos a los 70.

Arturo López-Levy, profesor de política latinoamericana de la Universidad de Texas, comparó el manejo del congreso por parte de Castro como una conducción a la defensiva. “Castro expresó su deseo de ampliar el alcance de las reformas y acelerar su aplicación, pero quiere preservar un espacio protegido para maniobrar y poner marcha atrás,” dijo López-Levy a Reuters.

El congreso desaprovechó la oportunidad “para enviar un nuevo, inclusivo y más alentador mensaje a los jóvenes alienados políticamente y a los empresarios emergentes de Cuba quienes estaban esperando una señal mucho más positiva", dijo Henken.

“Probablemente ahora escojan emigrar antes que intentar construir un futuro digno y próspero en una isla con un camino tan poco claro por delante."

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