Por qué la OTAN sigue sin ofrecer la membresía a Ucrania pero sí toda la ayuda militar

La alianza atlántica está dispuesta a seguir enviando armas para ayudar a Ucrania a hacer el trabajo para el que fue diseñada, pero no permitir que en este momento Ucrania se una a sus filas y se beneficie de su seguridad durante la guerra. Explicamos cuáles son las posiciones de los miembros del bloque.

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Los líderes de la OTAN se reunieron este miércoles para poner en marcha un nuevo foro altamente simbólico para los lazos con Ucrania, después de comprometerse a proporcionar al país más ayuda militar para luchar contra Rusia, pero solo vagas garantías de una futura adhesión.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus homólogos de la OTAN estrenan esta semana en el nuevo Consejo OTAN-Ucrania, un órgano permanente en el que los 31 aliados y Kiev podrán celebrar consultas y convocar reuniones en situaciones de emergencia.

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La creación de este órgano forma parte de los esfuerzos de la OTAN por acercar a Ucrania lo más posible a la alianza militar sin llegar a integrar al país que preside Volodymyr Zelensky. Sobre este asunto, el martes, los líderes dijeron en su comunicado que resumía las conclusiones de la cumbre que Ucrania puede unirse "cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones".

La ambigüedad del comunicado refleja la dificultad de llegar a un consenso entre los actuales miembros de la alianza mientras continúa la guerra entre Ucrania y Rusia, y ha decepcionado a Zelensky incluso cuando expresó su agradecimiento por el material militar prometido por los países industrializados del Grupo de los Siete.

Zelensky dijo este miércoles que está presionando para asegurar que Ucrania "tendrá esta invitación cuando las medidas de seguridad lo permitan". "Queremos estar en sintonía con todo el mundo", declaró a los periodistas en la cumbre.

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OTAN a Ucrania: armas sí, membresía todavía no

La futura adhesión de Ucrania fue el tema más controvertido y emotivo de la cumbre de este año.

"Tenemos que mantenernos al margen de esta guerra, pero ser capaces de apoyar a Ucrania. Hemos conseguido este delicado equilibrio durante los últimos 17 meses. Es en beneficio de todos que mantengamos ese equilibrio", declaró el miércoles el primer ministro belga, Alexander de Croo.

El primer ministro letón, Krisjanis Karins, cuyo país se encuentra en el flanco oriental de la OTAN y tiene una larga y problemática historia con Rusia, dijo que hubiera preferido más para Ucrania.

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"Siempre habrá una diferencia de gustos en cuanto a la velocidad a la que se quiere ir", dijo. Sin embargo, añadió Karins, "al final, lo que todo el mundo obtiene, incluida Ucrania, y lo que Moscú ve es que todos estamos muy unidos".


Aunque Zelensky asistía a la última jornada de la cumbre en Vilna, ha criticado duramente lo que describió como la reticencia "absurda y sin precedentes" de la OTAN a fijar un calendario para la entrada de su país en la alianza.

En esencia, los países occidentales están dispuestos a seguir enviando armas para ayudar a Ucrania a hacer el trabajo para el que fue diseñada la OTAN —mantener la línea con Rusia—, pero no permitir que Ucrania se una a sus filas y se beneficie de su seguridad durante la guerra.

Zelensky dijo en un discurso pronunciado el martes en una plaza de Vilna que tenía fe en la OTAN, pero que le "gustaría que esta fe se convirtiera en confianza, confianza en las decisiones que nos merecemos, todos nosotros, cada soldado, cada ciudadano, cada madre, cada niño".

"¿Es mucho pedir?", añadió.

La cautela de la OTAN ante un aspirante a miembro que no está preparado

Amanda Sloat, directora senior de asuntos europeos del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, defendió las decisiones de la cumbre.

"Estoy de acuerdo en que el comunicado no tiene precedentes, pero lo veo de forma positiva", declaró a la prensa el miércoles. Sloat señaló que Ucrania no tendrá que presentar un "plan de acción para la adhesión" en su intento de entrar en la OTAN, aunque dijo que "todavía hay reformas de la gobernanza y del sector de la seguridad que van a ser necesarias". El plan de acción es un paso clave en el proceso que implica asesoramiento y asistencia a los países que desean ingresar.

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Los símbolos de apoyo a Ucrania eran evidentes en Vilna, donde las banderas azul y amarilla del país colgaban de los edificios y se pegaban en el interior de las ventanas. Un cartel maldecía al presidente ruso Vladimir Putin. Otro instaba a los líderes de la OTAN a "apresurar" su ayuda a Ucrania.

Sin embargo, ha habido más cautela dentro de la propia cumbre, especialmente por parte de Biden, que ha dicho explícitamente que no cree que Ucrania esté preparada para entrar en la OTAN. Preocupa que la democracia del país sea inestable y que la corrupción siga demasiado arraigada.

Otro obstáculo evidente para el ingreso de Ucrania a la alianza es el principio de seguridad colectiva establecido en el Artículo 5 del tratado de la OTAN, según el cual un ataque contra uno o varios de sus miembros se considerará dirigido contra todos y será respondido en ejercicio de la legítima defensa, incluso con el uso de la fuerza militar.

Si Ucrania entrara en la alianza mientras continúe la guerra, eso pondría a EEUU y todo el bloque en línea de colisión directa con Rusia.

Pero definir el fin de las hostilidades no es tarea fácil. Las autoridades se han negado a establecer un objetivo, que podría ser un alto el fuego negociado o la recuperación por parte de Ucrania de todo el territorio ocupado.

Además, Putin tendría un incentivo para seguir la guerra con esta especie de poder de veto de facto sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN: le basta con seguir prolongando el conflicto para impedir que entre.