¿Sobrevivirá Putin políticamente a la sorprendente contraofensiva de Ucrania?
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, inauguraba el sábado pasado la noria más alta de Europa como si sus tropas no estuvieran teniendo los peores días en la guerra de Ucrania.
Es conocido que Putin se caracteriza por no reconocer sus errores y por no dar nunca marcha atrás: exactamente lo que está haciendo mientras el Ejército ruso sufre su peor derrota en cinco meses.
El otro gran fracaso del Kremlin en la guerra ocurrió al principio, cuando Putin tuvo que asumir que su "operación militar especial" no sería cuestión de días, ni habría toma de Kiev, ni capitularía el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
A diferencia de entonces, ahora sí se están oyendo voces críticas incluso desde la televisión estatal, de fieles aliados y de los militares que con más fervor defienden la invasión a Ucrania.
La voz crítica más potente ha sido la del líder checheno, Ramzan Kadyrov, hasta ahora aliado de Putin.
"Si hoy o mañana no se hacen cambios en la estrategia, me veré obligado a hablar con los líderes del Ministerio de Defensa y los líderes del país para explicarles la situación real sobre el terreno. Es una situación muy interesante. Es increíble", dijo.
Y, sin ambages, criticó los "errores" de los altos mandos de Defensa rusos en una nota de voz que envió a sus 2.4 millones de seguidores en la aplicación de mensajería Telegram.
Piden la movilización general: todos los hombres al frente
La línea dura militar rusa pide la movilización, el reclutamiento general de todos los hombres en edad de servir, como única manera, según sus análisis, de derrotar a las motivadas y equipadas fuerzas ucranianas.
Sin embargo, ese es un riesgo político que Putin se resiste a tomar: la población rusa está muy desinteresada de la guerra, dicen los sondeos, y si envían a sus hijos al frente pueden revolverse contra el Kremlin.
Putin se ha beneficiado hasta ahora de que, además de su represión a toda crítica, gran parte de los ciudadanos rusos están muy alejados de la política y viven la guerra como si fuera algo que no afecta de lleno a sus vidas.
Su actitud pasiva hacia la guerra podría cambiar si, como está ocurriendo estos días, comienzan a conocer que la ofensiva lleva meses fracasando en sus objetivos. O que van a enviar a sus seres queridos a una contienda dura y larga sin victoria clara.
Consciente de que empiezan a oírse más y más voces críticas, el Kremlin avisó este martes que el disenso debe "permanecer dentro de la ley", la cual castiga a las personas que "desacreditan" al Ejército, dijo el portavoz Dmitry Peskov.
Acusan a Putin de luchar con un Ejército sin preparación
Las críticas a Putin han llegado hasta lugares insospechados como la televisión estatal, donde hasta ahora era impensable escuchar nada que se salieran del relato oficial en el que nunca hay derrotas.
El noticiero estrella comenzaba el domingo admitiendo que la semana había sido "la más dura" del conflicto, al que llaman, eso sí, como el Kremlin: "operación especial" y no invasión o guerra.
Un comentador conservador, Yegor Kholmogorov, dijo que para explicar el avance de Ucrania en el noreste solo hay dos elementos posibles: "o hemos sido traicionados o nuestro Ejército no está listo para el combate".
El exlegislador Boris Nadezhdin fue más concreto: "Es absolutamente imposible derrotar a Ucrania con los recursos que está usando Rusia, con sus métodos de guerra colonial y usando soldados contratistas, mercenarios y sin movilización general", afirmó.
Putin: esperar a que EEUU y sus aliados abandonen a Ucrania
Opositores de 35 municipalidades firmaron en días recientes una petición para sacar a Putin de la Presidencia: es un gesto simbólico y seguramente enfrenten consecuencias, pero indica que algo está cambiando a la hora de expresar disenso en el régimen autoritario.
Más presión para Putin supone el descontento expreso del ala dura militar y la pérdida de imagen de "ganador" que ha sido su carta para ganarse a la élite rusa.
¿Qué opciones tiene Putin sin la movilización general? Los expertos apuntan a dos caminos y ninguno augura una salida rápida de la guerra.
Por un lado, podría hacer caso a las voces militares que le piden doblegar a Ucrania con más ataques de artillería sobre las ciudades que aterroricen a la población.
Sus críticos temen que vaya más allá, que recurra a armas químicas y nucleares, algo que rechazan países aliados suyos -y que necesita- como China e India.
Lo más probable, según los analistas, es que mantenga la ofensiva como ahora mientras espera que pase lo que pensó que iba a ocurrir al principio y que fue su gran error de cálculo: que Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido pierdan interés en la guerra y abandonen a Ucrania. Nada apunta a que eso vaya a ocurrir ni a corto ni a medio plazo.