Los niveles de nieve de Sierra Nevada son los más bajos en 500 años
Por Mónica Isola Wiesner: @misolaWies
Los niveles de nieve de 2015 en la cordillera Sierra Nevada (California) son los más bajos en 500 años, según un estudio de la Universidad de Arizona. Que estas montañas tenían poco blanco esta temporada ya se sabía, pero este trabajo aporta por primera vez estimaciones de hasta cinco siglos atrás para conseguir una imagen mucho más amplia de lo que está pasando.
La conclusión confirma los temores por el cambio climático: estamos ante una tendencia que se alarga en el tiempo mucho más que unos años de sequía. “Tal y como está cambiando el clima, el riesgo de una sequía como la que atraviesa California será más frecuente y tendrá consecuencias no solo para las siguientes temporadas sino para la disponibilidad de agua en el futuro”, comenta Soumaya Belmecheri, autora principal de este estudio publicado en Nature Climate Change.
La sequía récord que atraviesa California comenzó en 2012 y este año alcanzó niveles tan extremos que, por primera vez, se implementaron restricciones en el uso de agua a nivel estatal. Al comenzar el mes de abril, fecha en la que se mide el máximo nivel de nieve para la temporada, la cantidad acumulada en estas montañas tan solo alcanzó el 5% del promedio histórico registrado.
Esto presenta implicaciones significativas para el estado ya que el 80% de la precipitación anual en California ocurre en invierno, mayoritariamente en forma de nieve y su población depende de ella. “La nieve se acumula durante todo el invierno y actúa como un gran reservorio de agua para cuando se derrita”, explica Belmecheri. “Esta supone el 30% de los recursos de agua para California y se utiliza para beber, para la agricultura y para la energía hidroeléctrica”, incide la investigadora, que recalca que los incendios forestales también esta fuertemente relacionados con esta escasez.
Para remontarse tanto tiempo atrás en la nieve de las montañas, el equipo de investigadores utilizó información proveniente de la lectura de los anillos de los troncos de los árboles. “Cada anillo es un año, si el anillo es más grueso significa que hubo más precipitación y si es más delgado, que precipitó menos”, detalla Belmecheri. Estos datos combinados con registros históricos de temperatura fueron las herramientas necesarias para hacer esta reconstrucción a lo largo de cinco siglos.
La autora explica que aunque este año las precipitaciones han sido bajas, no han mostrado una diferencia excepcional en el marco de los últimos 1,000 años. En cambio, las temperaturas elevadas récord son la principal causa de este mínimo histórico en acumulación de nieve. “ Las temperaturas elevadas afectan a la nieve de dos maneras: acortan la temporada de nieve y también cambian la proporción entre nieve y lluvia, es decir, precipitará más en forma de lluvia que nieve”. Esta diferencia tiene una gran importancia. Como explica Belmecheri, “cuando llueve el agua sirve de forma inmediata, pero no contribuye a las reservas para el verano como hace la nieve”.