Líderes comunitarios, organizaciones a favor de los derechos de los inmigrantes y ciudadanos participaron este domingo en la Megamarcha de Dallas (Texas) para reclamar respeto a las familias, diversidad y no abandonar la reivindicación de una reforma migratoria.
Miles de personas participan en la Megamarcha de Dallas contra las políticas migratorias de Trump
Bajo el lema "Con unidad sí se puede" y abanderando el respeto por la familia y los extranjeros, miles de personas participaron en la Megamarcha que se celebró en Dallas para instar a que la comunidad hispana a que haga sentir su voz y no baje la guardia a favor de una nueva reforma migratoria.

El recorrido, que inició en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe de Dallas, cruzó por el centro de Dallas hasta la explanada del Ayuntamiento, donde algunos líderes políticos como Martín Luther King III, hijo del líder de la lucha de los derechos civiles, o el congresista demócrata Joaquín Castro recordaron sus raíces y defendieron los derechos de los inmigrantes.
Unas 30,000 personas, según datos proporcionados por la Agencia Efe, recorrieron las calles para pedir al presidente que baje el tono de su discurso contra los inmigrantes y la comunidad indocumentada. Su objetivo es crear conciencia social y crear un movimiento civil que defienda los derechos de todas las minorías.
"Latinos no se pueden tratar como piñata política a la que le pagan solo para votos", dijo Domingo García, abogado y organizador de la movilización.
Los participantes, que llegaron de varias ciudades de Texas, denunciaron el "componente racial" que tienen algunas de las medidas promovidas por el nuevo gobierno al que reconsidere sus objetivos para las deportaciones y considere a los indocumentados sin antecedentes criminales.
Activistas locales calculan que en el área metropolitana de Dallas hay unos 500,000 indocumentados.
El presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) y uno de los organizadores de la marcha, Domingo García, enfatizó: "Le pedimos a Trump que reconozca que Estados Unidos es un país hecho por inmigrantes y que los valores que representa la Estatua de la Libertad son sagrados para nuestra nación".
En los días previos hubo una gran expectación ante la posibilidad de que la concentración superara el medio millón personas que participaron en la marcha celebrada en 2006.
"La expectativas estaban muy altas debido a la manifestación de similares características que tuvo lugar en 2006, pero estamos satisfechos con la asistencia y seguiremos luchando", aseguró a la agencia Efe.
Durante el recorrido un grupo de sipatizantes de Trump, que llevaban mensajes de deportación, y algunos manifesantes se enfrentaron pero la intervención policial evitó que la situación escalara y la manifestación continuó pacíficamente.
Mensaje de unidad
Al final de la marcha, cuando se dirigió a la multitud Martín Luther King III, hijo del líder de la lucha de los derechos civiles Martin Luther King Jr aseguró a la audiencia que "eventos como el de hoy sirven para demostrar al mundo que la defensa de las comunidades minoritarias en Estados Unidos está bien viva",
Como hijo de madre inmigrante, el congresista demócrata Joaquín Castro, que afirmó que a pesar de que en cada generación han existido políticos que "han querido dividir la sociedad estadounidense", siempre ha habido millones de personas que han mostrado resistencia a este tipo de políticas "injustas".
Los manifestantes rechazaron medidas "discriminatorias" como la orden ejecutiva para suspender temporalmente la entrada a EEUU de ciudadanos de seis países de Oriente Medio.


















